João Félix rompe la baraja: «Me encantaría jugar en el Barça»

Desterrado por Simeone (no cuenta ni en los partidillos), con su máximo valedor, Gil Marín, resignado a que su venta es la única salida (pero sin ofertas firmes), y rechazado también en su último club (Lampard cuestionó su «ética de trabajo» y Pochettino dijo que no le quería), Joao Félix ha decidido romper su relación con el Atlético de Madrid de un portazo.

Fabrizio Romano publicaba en sus redes sociales pasadas las nueve y media de la noche los siguientes titulares en boca de Joao: «Me encantaría jugar en el Barcelona»; «Siempre ha sido mi primera opción»; «Si sucede, sería un sueño hecho realidad».

Desde el Atlético de Madrid fuentes consultadas por ABC se han mostrado sorprendidas por la salida de Joao, aunque, sin ponerlas en duda, aseguran que no tienen constancia de que el luso haya hecho ningún tipo de manifestación, afirmando que «el agente del jugador conoce perfectamente las condiciones que deben darse para que João pueda salir del club. A partir de ahí no tenemos nada que comentar sobre este tema».

Una declaración de intenciones que, en cualquier caso, ha sido recibida por la afición colchonera como la gota que colma el vaso. Cansados, muchos, de su eterna guerra con Simeone, molestos, otros, por los dardos que lanzó desde Londres («En el Atleti nunca tuve un cántico y en el Chelsea, el primer día», entre otros recados), la mayoría coinciden en que cierre la puerta al salir. Con el dinero por delante, claro.

El problema precisamente es que su elección soñada no se encuentra exactamente en una posición de bonanza económica. No hace ni tres semanas el Barcelona desechó la opción de compra que tenía por Carrasco por resultarle cara (19 millones de euros). Joao, notablemente devaluado en el último año, costó 127 millones hace cuatro veranos. Muchos ya especulan con qué trueque suplirán desde el Camp Nou la falta de cash para cumplir el sueño de niño del portugués. El puente aéreo Madrid-Barcelona ha resultado de forma dispar. Lo único claro es que el menino ha roto de forma abrupta sus escasas opciones de volver a vestir de rojiblanco.