Un Mundial de trotamundos

Los de Lopetegui se encuentran en el selecto grupo de países que superarán los 6.000 kilómetros de viaje en territorio ruso solo en la primera fase. Esa aventura comenzó ayer, con el atracón de 3.000 kilómetros y las cuatro horas de vuelo que llevó a la selección desde Madrid a Krasnodar, la ciudad donde el equipo ha establecido su base de operaciones.

Antes, la selección vivió una última jornada de despedidas y buenos deseos con la visita a la concentración de Las Rozas de Felipe VI , que estuvo acompañado por el nuevo ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, en su primer acto oficial. «Comeros el Mundial. Tengo la esperanza de que llegaréis muy lejos. Vais a llevar el corazón del país a vuestras espaldas », les dijo el Rey a los jugadores y al cuerpo técnico antes de un viaje que dejó a la selección en su nueva casa pasadas las ocho de la tarde.

Situada al sur de Rusia y muy cerca del Mar Negro, Krasnodar fue la primera elección de Lopetegui incluso antes de que se celebrase el sorteo y España descubriera dónde debía jugar sus tres primeros partidos. Convencieron sus instalaciones, pertenecientes a la Academia del FC Krasnodar, la cercanía con el aeropuerto y, sobre todo, el hecho de que no fuera sede oficial del campeonato, lo que evitaba que la ciudad se llenará de forma permanente de aficionados de distintos países junto al inevitable bullicio.

Por el contrario, se trata de uno de los campamentos más alejados del centro neurálgico del torneo y del eje Moscú-San Petersburgo. Entraba dentro de lo asumible que España se enfrentara a largos desplazamientos.

Para los tres partidos de la primera fase solo habrá un viaje cómodo. El estreno ante Portugal (15 de junio) será en Sochi , separada de Krasnodar por apenas 200 kilómetros. En coche se trata de un trayecto tortuoso entre montañas que puede extenderse por varias horas, pero para la selección, que dispondrá de un avión a su disposición durante el campeonato, será un trayecto de menos de una hora , un lujo visto el panorama.

Ante Irán (20 de junio), la selección se desplazará casi 1.500 kilómetros al noreste con destino a Kazan. Después, vuelta a Krasnodar antes del último viaje de la primera fase. Ante Marruecos (25 de junio), España afrontará su viaje más largo. Más de 3.500 kilómetros entre ida y vuelta que serán más llevaderos si en el avión viaja también el billete a los octavos de final.

Esta dificultad en los desplazamientos provocó que un gran número de selecciones decidiera establecerse en la zona central de Rusia, especialmente en la región de Moscú (hasta 12 selecciones quedarán instaladas en las afueras de la capital) y San Petersburgo (otros cinco equipos acamparán allí).

En el otro lado, las selecciones que más se han alejado de ese núcleo son las que afrontarán viajes más extremos. Egipto y Nigeria, más de 9.000 kilómetros cada una , serán las selecciones más viajeras. Ambas han decidido establecer su centro de operaciones en la zona más al sur de Rusia.