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La coronación de Leo

Si Francia es la madre de la América Latina, ¿era pecado 'torcer' por Mbappé antes que por Messi en Qatar?

Escribe Andrés Calamaro: Primero hay que saber sufrir

Messi festeja con los seguidores argentinos EFE
Ignacio Ruiz-Quintano

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El dilema cornudo de la final era por cuál de los dos finalistas 'torcer'. ¿Messi o Mbappé? Sólo Al Khelaifi, que tenía los huevos del PSG qatarí puestos en las dos cestas, podía abstenerse.

Aquí, el periodismo nacional torcía por Argentina. «Después de todo, ... es la Hispanidad». Y los más bragados llamaban a manifestarse en la madrileña plaza de Margaret Thatcher, un retranqueo de Esperanza Aguirre en la plaza de Colón. Pero desde Argentina nos llegó el berreo de un periodista blanquito cien por cien llamando ladrones seculares (¡cinco siglos!) a los españoles porque Matéu Lahoz alargó diez minutos el partido Argentina-Croacia (el hijo de Darwin presumía de un padre capaz de saber diferenciar entre «un cuarto de hora» y «diez minutos»). Por otro lado, la Argentina oficial se declara hija de una América, no hispana, sino latina, nombre que, al decir de los sabios de allá, lleva implícito el propósito de menospreciar a España y de incorporar en la definición de ese espacio humano a Francia (fue Thiers, ministro del Interior de Luis Felipe de Orleáns, quien envió a México a Michel Chevalier para que recuperara para la 'latinidad', encabezada por Francia, a los países americanos emancipados de España).

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