FÚTBOL FEMENINO
Jornada esperpéntica en la selección: cambios de sede, un avión averiado y las jugadoras, reclutadas por imperativo legal
Las 22 citadas por Montse Tomé acuden a la concentración de la RFEF, que la traslada de Las Rozas a Oliva (Valencia)
El temor a posibles sanciones y la intervención del Gobierno, claves para que las internacionales recularan
Sigue en directo todas las novedades en torno a la convocatoria de la selección
Oihane Hernández y Olga Carmona, tras aterrizar en el aeropuerto de Valencia
Surrealista, esperpéntico, sainetesco, ridículo. Cada día que pasa, se acaban los calificativos para definir la situación que atraviesan la RFEF y la selección femenina española. Cada jornada consigue sorprender con un nuevo capítulo de una historia que parece no tener fin y que, con el ... paso de las horas, deja una imagen cada vez más pisoteada del fútbol femenino español.
Montse Tomé se estrenó en el cargo de seleccionadora por todo lo alto y convocó a 20 jugadoras del #seacabó en contra de su voluntad. A pesar de que afirmó haber hablado con ellas, la mayoría no tuvieron contacto con la asturiana. Jenni Hermoso, a quien dejó fuera de la convocatoria para «protegerla», en un comunicado publicado en la madrugada del lunes acusó a la Federación de poner en marcha «otra estrategia de división y manipulación para intimidar y amenazar». Concluyó preguntándose: «¿Protegerme de qué? ¿O de quién?»
Las 22 convocadas (Esther González causó baja por lesión) para las dos primeras jornadas de la Liga de Naciones estaban citadas hoy, tres días antes del encuentro ante Suecia (viernes 22 a las 18.30 horas). Desde la noche del lunes, las jugadoras acudieron a departamentos legales de distintos sindicatos para asesorarse sobre qué consecuencias jurídicas tendría su desplante a la RFEF. Según recoge la Ley del Deporte, no acudir a una convocatoria es considerado como una infracción muy grave y sus castigos podrían ser tanto deportivos como económicos. Una suspensión de la licencia entre dos y quince años –que también les impediría jugar con su club– y una multa entre 3.000 a 30.000 euros. Un castigo severo que hizo que las futbolistas se replantearan seriamente su posición, muy a su pesar.
Durante esta mañana, el sainete adquirió su máximo esplendor. La razón, el lugar elegido para iniciar la concentración. Inicialmente, y como es habitual en todas las convocatorias de la selección, las jugadoras habían sido citadas en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas, sede de la RFEF. Entonces, en un ataque de improvisación digno de los mejores repentistas, el organismo presidido por Pedro Rocha se inundó en el caos. Cambió el emplazamiento original por el Hotel Alameda, situado en el barrio madrileño de Barajas. Decisión tomada, a sugerencia del CSD, para evitar el contacto directo entre las jugadoras y los miembros de la Federación señalados por ellas. Sin embargo, unas horas más tarde la Federación comunicaba a las citadas que la concentración se trasladaba a Oliva (Valencia). Esta vez, con el fin de desviar la atención mediática y aislarse allí.
Ante el desconcierto general, finalmente las jugadoras que militan en equipos madrileños fueron citadas en la capital y, el resto de la expedición, en el municipio valenciano de Oliva, un oasis en la costa mediterránea. La primera en aparecer por el Hotel Alameda fue Montse Tomé. La seleccionadora llegó acompañada por su cuerpo técnico y despachó a los periodistas con un escueto «lo siento, pero no vamos a hablar».
Quedaba el interrogante sobre la presentación de las futbolistas. Misa Rodríguez fue la primera en aparecer y despejó las dudas. Cariacontecida, con un gesto de enfado y rabia aparente. Ante la pregunta de si estaba contenta por haber sido incluida en la lista de Tomé, respondió con un contundente «no» antes de encaminarse hacia las puertas giratorias del hotel. Las siguientes en presentarse, Athenea del Castillo y Olga Carmona. La cántabra, única campeona del mundo que puso por encima la selección a las reivindicaciones y no se sumó al comunicado del #seacabó, se limitó a corroborar lo que expresó el pasado viernes: «Todas las cosas que tengo que decir ya las dije en mi comunicado. Creo que fui clara. Dije que iba a estar aquí».
Las últimas en llegar fueron las madridistas Oihane Hernández y Tere Abelleira, y Eva Navarro, delantera del Atlético de Madrid. Después de noventa minutos en el interior de las instalaciones, apareció el autobús de la selección. Con una estrella sobre el escudo que parece haber quedado demasiado atrás.
Ambiente funerario
El paseíllo de las jugadoras desde la entrada del hotel hasta su vehículo bien podía haber pasado por la espera para adentrarse en un tanatorio. Semblantes serios, cabezas gachas y un silencio sepulcral. Los segundos que transcurrieron hasta que lograron subirse al autobús, en los que capearon el temporal en forma de preguntas de los periodistas a través del mutismo, se les hicieron eternos.
A 600 kilómetros, las ocho futbolistas del Barcelona estaban citadas en el aeropuerto de El Prat para volar hacia tierras valencianas. Alexia Putellas, primera en acudir, reconoció sentirse «mal» con todo lo ocurrido. Mapi León, Patri Guijarro –que acuden por primera vez a la selección tras el motín de hace un año– y Aitana Bonmatí se hicieron de rogar, pero embarcaron junto a sus compañeras, avería y cambio de avión incluidos.
El encuentro de todas las convocadas se produjo finalmente en Oliva. El objetivo de Tomé, conseguir que ninguna futbolista se negara a acudir, se había conseguido. Aunque poco tuvo que ver la RFEF y mucho el Gobierno. Víctor Francos, presidente del CSD, asumió en primera persona el papel de mediador tras asegurar que el lunes hicieron el «ridículo como país». En conversaciones con las jugadoras, logró convencerlas para que se presentaran a cambio del compromiso de cambio en la RFEF. Y así lo confirmó: «Si la Federación no toma las decisiones correspondientes en los próximos días, exigiremos la convocatoria de elecciones inmediatas». El propio secretario de estado para el Deporte se ha desplazado hasta Oliva para reunirse con la seleccionadora y las jugadoras.
El plan para los siguientes días, si es que es posible aventurarse, fue comunicado por la RFEF. La única jornada de entrenamientos tendrá lugar mañana, puesto que hoy las jugadoras no se han ejercitado y el jueves deberán desplazarse hasta Madrid para viajar a Gotemburgo (Suecia). Tras el encuentro frente a la selección escandinava, el mismo viernes la expedición española hará las maletas rumbo a Sevilla. Y el domingo llegará a Córdoba, donde disputa su partido contra Suiza el martes.
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