El incómodo regreso de Joao Félix

El portugués fue decisivo en la primera vuelta, logrando el gol del triunfo azulgrana y consumando su venganza personal ante Simeone, un técnico con el que nunca congenió y que dio el visto bueno a su salida, primero cedido al Chelsea y después al Barcelona a pesar de ser el fichaje más caro de la historia del club madrileño (126 millones de euros).

Vuelve a casa, ante una afición que no le perdona la infidelidad de este pasado verano, cuando en una entrevista radiofónica reconoció públicamente que su sueño era jugar en el Barça. «Tengo claro que va a ser un ambiente muy complicado para todo el equipo. Claro que contra mí será algo peor, pero soy jugador de fútbol. Tengo que estar acostumbrado a ese tipo de cosas, pero sin descentrarme nunca del fútbol, del equipo, porque creo que eso es más importante», explicaba Félix esta semana en Dazn, plataforma que televisará el partido.

Dicen que los grandes jugadores se crecen en ambientes hostiles y el portugués lo confirma. «A mí, todo esto me motiva más. Me gustan estos partidos importantes, los que son picantes. Me gusta eso, me da una motivación extra. Va a ser muy buen partido», advierte, aun a sabiendas de que cuando acabe la temporada deberá volver al Metropolitano porque el Barcelona no está en condiciones de aceptar las exigencias del Atlético de Madrid para que se lo pueda quedar en propiedad.

Además, el rol del portugués ha ido perdiendo protagonismo. Titular indiscutible a principios de temporada, su presencia ha ido diluyéndose progresivamente. No obstante, su actuación en la primera vuelta podría ser decisiva para que Xavi le conceda la posibilidad de salir de inicio. «Es un partido hecho a medida para los grandes jugadores, para mostrar personalidad. Joao hizo un grandísimo encuentro en la primera vuelta, en este han de ser importantes él y todos. Es un escenario en el que necesitamos la mejor cara de todos para ganar los tres puntos», reconoció el técnico, que en esta segunda parte de la temporada ha preferido apostar por el talento de Lamine Yamal y Raphinha para acompañar a Lewandowski.

No parece proclive el técnico catalán a proteger a Félix en el Metropolitano, uno de los estadios más calientes de LaLiga pero también más despiadado con los jugadores propios (no olviden el episodio en el que lanzaron huevos a su portero Toni Jiménez, recibieron con ratas y gritos de «muérete» a un Griezmann de azulgrana o su decisión de arrancar la placa de Courtois tras fichar por el Madrid). «Personalmente me gustaban los ambientes hostiles. El jugador tiene un carácter fuerte, es valiente. Tiene todas las características para hacer mañana un gran partido», lo animaba Xavi, que añadía: «Lo veo tranquilo, motivado, incluso extramotivado. Tiene ganas de demostrar su talento. Vuelve a la que fue su casa. Ya hizo un partidazo en la primera vuelta y ojalá pueda repetir».

Simeone no mantiene una buena relación con el futbolista. El técnico no bendijo su llegada. Nunca lo vio como el sustituto de Griezmann y, además, Félix se encargó de darle la razón con sus estadísticas y un historial plagado de lesiones (antes del Mundial, apenas acumulaba 31 goles y 18 asistencias en 126 partidos, y sumaba casi 269 días de baja con un total de nueve lesiones, contando una de tobillo que arrastró durante meses y derivó en su paso por quirófano). En la previa Simeone se mostró frío con el luso: «Soy muy respetuoso para los futbolistas de otros equipos, no opino de ninguno y este no será excepción. Pensamos en recuperar a los nuestros tras el esfuerzo en un partido hermoso y a partir de ese esfuerzo esperamos hacer un gran encuentro».