El giro copernicano de Le Normand

«La Federación me ha ayudado a quedarme tranquilo, todo ha sido muy rápido», decía el central de la Real Sociedad, ocho años en España, desde los 18, al llegar a la concentración. Pero no siempre fue así. De hecho, hasta hace bien poco era todo lo contrario. Fue en enero cuando De la Fuente empieza a pensar en él como opción para la zaga, pero ya antes se le había planteado la posibilidad a Le Normand de jugar con España. El bretón siempre lo había rechazado. Su empeño y su objetivo eran otros. «Muchos periodistas me han preguntado si estaría interesado en seguir los pasos de Aymeric Laporte. Siempre he tenido claro que quiero jugar en el equipo de Francia, por muy difícil que sea. No tengo la nacionalidad española. Tampoco sé si la podría obtener, lo que demuestra que no estoy orientado a ello en absoluto», decía en una entrevista en el 'Diario Vasco' en junio del año pasado. Y era incluso más explícito unos meses antes: «No, no, yo sólo quiero jugar con Francia», explicaba en una entrevista en la Cadena Ser. «¿España? Mi familia me mata. pero da igual que sea España o Alemania. Sólo quiero con Francia».

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El caso es que el interés de Luis de la Fuente acabó por convencerle. Luego, los acontecimientos se desarrollaron de forma rápida. Le Normand habló primero con su familia (se supone que le confirmaron que no tenían intenciones homicidas) y con su club. Solo entonces dio el sí a la RFEF para iniciar los trámites de la nacionalización. «Era un momento en el que era más joven, jugar con España era una hipótesis. Acababa de empezar a jugar con el primer equipo y no lo piensas. Pero después de mi camino, que me he formado en España y con más madurez pues coges altura en la situación y lo valoras de otra manera», explicaba este domingo en su primera rueda de prensa como internacional.

La convocatoria de marzo le llegó demasiado pronto, pero ahora ya está disponible para seguir los pasos que inició su compatriota Aymeric Laporte antes de la Eurocopa de 2021. El central del City ha acabado siendo un espejo en el que mirarse.

«Es un grandísimo futbolista, con una trayectoria en estos últimos años y unos datos objetivos excepcionales», analizaba De la Fuente sobre su nuevo fichaje al dar la lista para la Final Four. «Tiene un futuro fantástico en una posición en la que España necesita ahora futbolistas de este nivel». La devoción del riojano contrasta con el desdén de Didier Deschamps, seleccionador francés, al enfrentarse a la pérdida de Le Normand. «Es uno de esos jugadores que tienen una trayectoria atípica. Le seguimos desde hace un tiempo, no está en un club que lo veas con asiduidad, justo cuando juega contra el Barcelona o el Real Madrid, y tampoco es alguien que busque mucha presencia mediática. Le deseo lo mejor con la selección española».

«Si no le han llamado en Francia, es porque no le han visto mucho. Yo veo todas las ligas, la francesa, la italiana... y difícilmente se nos escapan los buenos jugadores», respondía De la Fuente.

El jugador, por su parte, ha intentado quitar hierro al asunto: «Cada uno interpreta lo que quiere ver. Yo lo interpreté bien, hubo traducciones que no eran verdad. Lo único que sentí es que Deschamps me estaba mirando. Lo importante es lo que yo siento, en mi cabeza ha sido muy sencillo: quiero ir con España».

Le Normand llegó a San Sebastián en el verano de 2016. Dejó su Pabu natal, un pueblo «con más vacas que habitantes», se cruzó toda Francia en coche junto a sus padres y sus dos hermanos y se instaló en un camping en Hendaya mientras hacía la pretemporada con el filial de la Real. Meses antes había estado una semana a prueba. Según explicaba en una entrevista en el 'Diario Vasco', el primer día a las órdenes de Imanol, entonces técnico del Sanse, lo convencieron para decidir que aquel no era su lugar: «Regresé al camping y les dije a mis padres que no tenía nivel para estar aquí. Ni físico ni técnico ni de nada». Por suerte, aquello quedó en un arrebato, y Le Normand siguió entrenando y creciendo junto al técnico con el que ha acabado por dar el salto al estrellato. «Al llegar casi no tenía nivel ni para Segunda B. Imanol ha sido una pieza muy importante, sólo puedo agradecerle. Físicamente tenía una buena base, pero tácticamente tenía debilidades. También técnicamente, porque de donde venía me exigían mucho menos», reconocía hoy.

Su debut en Primera fue en diciembre de 2018. Asier Garitano echó mano de él ante las bajas por lesión de Aritz Elustondo, Raúl Navas y Diego Llorente. Le costó arrancar. «Denle tiempo», decían en Zubieta, convencidos de su nivel. Así fue. Hoy en día, Le Normand es indiscutible en el conjunto 'txuri-urdin', un defensa de hierro acostumbrado a jugar todos los minutos del campeonato. Regular y fiable, es un portento en los balones aéreos. Sin hacer ruido ha acabado convirtiéndose en el líder de la zaga de su equipo.

Aficionado a la NBA, a la lectura y pianista en prácticas, Le Normand acude con España con el futuro asegurado, al menos, hasta 2026, fecha de su última renovación con la Real. Dicen quienes le conocen bien que no tendrá problemas de adaptación en el grupo. Zubimendi y Mikel Merino se lo pondrán fácil. Y su buen desempeño con los videojuegos hará el resto. «Después de dos días aquí creo que he elegido bien. Hay jugadores muy top», admite quien debería ser titular, ya, en la semifinal ante Italia del próximo jueves.