Lukaku, el idilio con el gol de un gigante políglota

«Cuando las cosas iban bien, los diarios me llamaban el goleador belga; cuando no iban bien, me llamaban el descendiente de congoleños», llegó a denunciar Lukaku en unas declaraciones publicadas hace años en un medio de su país. Aquel chico al que la crítica no paraba de poner en entredicho ha perfeccionado su fútbol y ya no es tan discutido. Ahora es más incisivo, ha ganado en letalidad y se ha abrazado la regularidad que no conseguía encontrar en anteriores temporadas. Trabajar a las órdenes de Antonio Conte en el Inter ha ayudado a moldear a un delantero que con el entrenador italiano ha mejorado su juego de espaldas y ha depurado su técnica. Sigue conservando, sin embargo, la misma potencia y fuerza en las galopadas que exhibía en sus años de juventud.

Lukaku es un futbolista que habla sobre el césped y también fuera de él porque siempre ha tenido facilidad para aprender idiomas desde niño. Según ha confesado en alguna entrevista, es capaz de entenderse en inglés, español, italiano, holandés, francés, portugués y suajili, la lengua utilizada en varias zonas de África. En la hierba, este 'gigante' belga solo emplea un lenguaje, el del gol. Atrás ha quedado el Lukaku de los malos controles, el de los fallos infantiles. Ahora es visto por sus compañeros como uno de los mejores artilleros del planeta, impresión que se ha multiplicado tras la excelente temporada que ha firmado en el Inter. Bélgica apela a su delantero para comenzar hoy con una victoria la participación en la Eurocopa.

Un jugador marcado en su niñez por la pobreza que vivió en su casa, donde veía ratas correteando por el salón de su modesta vivienda mientras su madre mezclaba leche con agua para que él y sus hermanos pudieran llevarse algo a la boca. Penurias que le fortalecieron interiormente y le enseñaron el camino de la superación. El que ha seguido en el fútbol, en el que ha vivido la mejor temporada de su carrera proclamándose campeón de la liga italiana . Un gigante con un poderoso salto y remate de cabeza.

Pese a su corpulencia y envergadura, Lukaku llama la atención por su punta de velocidad porque en sus galopadas llega a volar a 33 kilómetros por hora. Aquel jugador que fue objeto de burlas en Inglaterra por no ganar títulos durante su estancia en el Chelsea, Everton y Manchester United es ahora otro diferente. Un jugador explosivo que ha conseguido terminar de encajar perfectamente en una selección de la que ya es el máximo goleador histórico: 60 tantos en 93 partidos. El español Roberto Martínez es ambicioso, quiere más de su jugador en esta Eurocopa y hoy será el gran argumento ofensivo de Bélgica en San Petersburgo en el estreno contra Rusia.