Los bostezos millonarios de Jordi Alba y Piqué que indignan al Barcelona

La gota que ha colmado el vaso se produjo este pasado sábado, durante el partido entre el Barcelona y el Elche, en el que los tres capitanes (Busquets, Piqué y Alba) eran suplentes y calentaban el banquillo. Las imágenes de televisión captaron al central durante casi todo el partido con la mirada perdida y haciendo caso omiso de los miembros del cuerpo técnico que se acercaban a hacerle algún comentario. Pero mucho más indignante fueron los gestos de Jordi Alba, bostezando continuamente en el banco, denotando un aburrimiento insólito teniendo en cuenta que su equipo estaba jugando. Más de un técnico criticó la desidia del lateral, pero la indignación fue mayúscula en el palco. A algún directivo le pudo la ira al ver las imágenes por televisión. El presidente, Joan Laporta, era el más enojado. Dijo que estas actitudes no se podían permitir. Todos concluyeron que la nueva situación de Alba podría ser un problema a corto plazo.

La relación entre Jordi Alba y Xavi Hernández se ha enturbiado. Al técnico ya no le hizo gracia la queja del catalán a finales de la pasada temporada cuando el club acordó un amistoso en Australia que reportaría unos cuatro millones de euros a las maltrechas arcas de la entidad. No le gustaba la idea de pasarse más de diez horas en un avión y el palizón que suponía la diferencia horaria para disputar un encuentro que no servía de nada cuando la temporada ya había acabado. Actitud muy diferente a la que mostraba en su día Etoo con actos similares. «A mí no me molesta ir a Egipto (era el año 2007) a jugar un amistoso porque gracias a esos ingresos pueden pagar contratos como el mío», explicó el camerunés al que firma este artículo en el mismo aeropuerto de El Prat.

Pero el inicio de la verdadera ruptura llegó a principios de esta temporada, coincidiendo con el primer partido de Liga ante el Rayo en el Camp Nou (0-0). Xavi se mostró molesto con Jordi Alba porque regresó de vacaciones en baja forma y alejado de su nivel, que no recuperó durante la pretemporada, cuajando un mal encuentro ante el Rayo. La crítica lo reflejó y el técnico también, aunque internamente. La jugada que acabó con la paciencia del egarense fue el regreso al trote de Alba tras una pérdida de su equipo que provocó una contra del equipo vallecano. Tuvo que ser Pedri el que corrigiese su posición con un esfuerzo extra. El canario sufrió molestias en esa jugada. Jordi Alba no se libró de la bronca de Xavi en el vestuario. No jugó ante la Real Sociedad, el Valladolid y disputó los últimos minutos ante el Sevilla, con el partido decidido.

El malestar de Jordi Alba creció ciando se enteró leyendo los periódicos que el Barcelona estaba llegando a un acuerdo para cederle antes de que cerrara el mercado de fichajes. «A mí me gusta ir de cara y que me vayan de cara. En este mundo del fútbol ya no me sorprende nada», soltó el lateral en un acto publicitario en un claro mensaje a Laporta. También se refirió a su nueva situación en el equipo: «No me tengo que reivindicar, llevo muchos años y trato de hacer lo mejor para el equipo. Nunca me he quejado si no juego y ojalá pueda jugar mucho. Trabajaré e intentaré ayudar a los jóvenes. Llevo muchos años en el club y también he pasado por momentos en los que no he jugado. Ahora no he tenido esos minutos, pero he intentado animar al grupo en todo lo que he podido».

No obstante, fuentes del vestuario aseguran que su actitud ha cambiado y no duda en expresar su descontento. El más reciente después de que los preparadores físicos le hicieran llegar un plan específico de trabajo, algo que reciben todos los futbolistas, sin excepción. «Total, ¿para qué? si después no voy a jugar», desvela el diario 'Ara' que soltó entre dientes para sorpresa del staff técnico y los compañeros que estaban cerca.

Jordi Alba ha visto que Xavi no va de farol. Apostó por el joven Alejandro Balde, que acumula cinco titularidades, y la dirección deportiva reforzó la posición con el fichaje de Marcos Alonso, que se perfila como el titular de la banda izquierda, lo que puede costarle incluso el puesto en la selección. Aunque Luis Enrique se ha llevado a Alba para estos dos próximos partidos de España, si no juega con el Barça y lo hace Marcos Alonso, es probable que apueste por el exjugador del Chelsea para ir al Mundial de Catar.

El bostezo en el banquillo ante el Elche es la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del club, que ya le quería fuera esta temporada para aligerar la masa salarial y que ahora vislumbra el mercado de invierno como una oportunidad para deshacerse de un futbolista que cuesta 30 millones brutos por temporada, entre sueldo y diferimientos.