La Real se diluye en la segunda mitad y el Zenit confirma el liderato

El duelo no defraudó las expectativas, el encuentro estuvo movido y dominado por una Real que se acercó siempre con peligro por una banda derecha en la que el belga Adnan Januzaj hizo diabluras por su carril.

Estaba muy confiado el conjunto realista, que buscaba un triunfo reconciliador con una afición acreedora a ello tras la eliminación copera ante el Lleida, cuando estuvo a punto de encajar un gol del Zenit tras un disparo desde dentro del área de Erokhin que se marchó por poco.

Lo siguió intentando el conjunto de Eusebio Sacristán, con llegadas constantes a la portería de Lodygin, que tuvo la fortuna de cara en un remate de Xabi Prieto, en otro al larguero de su propio compañero Miha Mevja y en un posible penalti a Januzaj, presente en todas las salsas y que pudo hacer también el primer tanto en un disparo desde fuera del área tras escaparse de tres contrarios.

La Real lo volvería a intentar tras unos minutos de tregua en el tramo final del primer período, en el que Kevin Rodrigues dispuso de dos claras ocasiones cuando sacó a relucir el cañón que tiene en su pierna izquierda.

El Zenit, sin embargo, esperaría su momento y en la segunda llegada clara al área realista marcó el 0-1, gol generado por un despeje de Rulli a disparo de Ivanovic y un balón sin dueño que le llegó a Erokhin para que el zaguero ruso batiera con un gran disparo la portería donostiarra.

Al filo del descanso llegaría otra tanda de oportunidades vascas, las mejores la que tuvieron Januzaj en un cabezazo en el área pequeña y Mikel Oyarzabal al exterior del poste cuando Anoeta cantaba el gol del empate.

El fútbol de la Real siguió brillante y con un gran tono en la segunda mitad, que inició Januzaj con otra exhibición técnica en un disparo lejano que lamió el poste ruso y continuó una jugada de fantasía con asistencia a Willian José que fue fiel a su cita con el gol y marcó adelantándose a los centrales del Zenit.

Muy poco le duró la alegría al conjunto guipuzcoano porque instantes después, en una nueva muestra de blandura defensiva blanquiazul, Ivanovic con una acrobática chilena volvía a dar ventaja a los suyos.

La Real encajó muy mal este gol y pareció arrojar la toalla, trapo que no recogería siquiera cuando Anoeta enfureció por el lanzamiento de bengalas desde el sector de aficionados rusos, y así el encuentro languideció hasta que el argentino Leandro Paredes, en una jugada de dibujos animados, cerró el partido con el 1-3, llevando la desolación a los aficionados blanquiazules.