La primera copa del siglo

El proyecto de Villalonga ganó dos copas consecutivas al Real Madrid de Di Stéfano, las de 1960 y 1961. El segundo trofeo copero le permitió luchar por un trofeo recién creado, la Recopa, que los rojiblancos conquistaron en 1962 después de disputar dos finales. Como siempre, tensión y morbo.

El rival fue la Fiorentina. Tras el empate a un tanto en la primera final, disputada el 10 de mayo en Glasgow, el conjunto madrileño arrolló al italiano en la segunda (3-0), celebrada el 5 de septiembre en Stuttgart. Jones, Mendonça y Peiró anotaron los goles. Así nació su historia internacional. La que Agüero pretende revivir el miércoles.

Tal fue el éxito del entrenador cordobés que el presidente, Javier Barroso, se vio obligado a dejarle marchar para que dirigiera a la selección que en 1964 festejaría la Eurocopa. Sé notó su ausencia. Le sucedió Tinte, que alcanzó también la final de la Recopa, en 1963, para caer ante el Tottenham (1-5). Sin embargo, ya era un grande.

El gran equipo 74-75

El club tardó diez años en volver al liderazgo internacional. En 1974 desperdició la oportunidad de levantar la Copa de Europa. El golazo de Luis al Bayern, en un golpe franco magistral, no fue suficiente porque Gárate, Ufarte y compañía quisieron ofrecer más fútbol en vez de sujetar la ventaja. El tiro del tosco Schwarzenbeck, que no había marcado un gol en su vida, significó la igualada y la repetición de la final. En la segunda, la máquina del Bayern arrolló a la técnica (0-4).

Aquel conjunto obtuvo su reconocimiento en la Intercontinental 1975. El Bayern se negó a jugarla. El equipo madrileño aprovechó la ocasión ante el Independiente. Perdió 1-0 en Buenos Aires. Ayala remontó en el Calderón, el 10 de abril, con dos dianas (2-0). El club encabezó el ranking mundial del fútbol.

Asenjo, seis meses de baja

Once años más tarde, Luis, como entrenador, batalló por la segunda Recopa de la casa. Fue imposible. Con Blokhin y Belanov, el Dinamo de Kiev de Lobanobsky era la selección soviética. Goleó, 3-0. Hoy, un cuarto de siglo después de la Intercontinental, Quique desea actualizar el historial. Sus futbolistas quieren dedicar la Liga Europa a Sergio Asenjo, que estará medio año de baja tras romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. La plantilla desea transformar el «annus horribilis» del portero en un año de gloria para todos

El Príncipe de Asturias asistirá el miércoles a la final de la Liga Europa, único equipo español este año en una gran cita europea del fútbol. Desde su niñez, Don Felipe ha acudido en diversas ocasiones al palco del estadio Vicente Calderón y el Atlético ha destacado siempre «su simpatía por nuestros colores». En el año 2003, el Príncipe aceptó la presidencia de honor del centenario de la entidad madrileña. Ahora animará al equipo rojiblanco en una cita histórica del club, que no gana una gran final continental desde hace 48 años y no la disputa desde 1986.