El Barcelona cubre el expediente sin hacer nada

Contra el Granada, el Barça se adueñó del partido desde el principio , con profundidad pero sin resultar agresivo. Un poco con amor, un poco con verdad, los de Luis Enrique intentaban sin éxito besar los labios del área visitante. El Granada aguantaba cerrándose como un erizo de tierra. Tebas fue sonoramente pitado en el minuto 12, y la pañolada que recibió fue la que sin duda merecía. El Barça mantenía un buen ritmo de la circulación de la pelota, pero lo cierto es que en el minuto 18 no había sido capaz de crear una sola ocasión de gol.

Dominio absoluto del Barcelona pero de pobre resultado. En la primera mitad de la primera parte, nada significativo que consignar. En el 27, Suárez desaprovechó una magnífica asistencia de Mascherano. Suárez es un delantero pesado y chutar a la carrera no es lo que mejor se le da. Un Barça no demasiado inspirado dominaba totalmente a un Granada cerrado y ordenado. El descanso llegó con los de Luis Enrique encallados, tal como los quería el buen entrenador que es Lucas Alcaraz. Buen entrenador hasta que le meten el primer gol, claro. Acertado planteamiento del Granada, que estaba a 45 minutos menos de salir airoso del Camp Nou. De camino al vestuario, Messi le pidió al delegado de su equipo, Carles Naval, que regara el campo.

Pero contra toda esperanza visitante, en el 48 Rafinha marcó de tijera tras un disparo de Neymar al palo. Preciso ataque azulgrana, con Rafinha -máxima eficacia- consiguiendo su quinto gol en la Liga de cinco remates a puerta. Buena temporada de Rafinha, cuarto goleador del Barça empatado con Arda.

Con la ventaja en el marcador, el Barcelona empezó a macerar el partido. Sin renunciar al ataque, pero con la cadencia del almíbar . En el 62, Ochoa rechazó un potente disparo de Neymar tras una brillante carrera de Sergi Roberto. Si te dicen que este chico lleva toda la vida siendo lateral, solo puedes creértelo.

El Barcelona controlaba la situación pero sin hacer nada brillante, ni siquiera productivo. Poca cosa, muy poca cosa , más allá de lo estrictamente necesario para no perder la ventaja. Y aunque el Granada se mostró efectivamente muy inferior a los locales, no era descabellado pensar que en una jugada aislada pudiera conseguir el empate. Y más en los minutos finales del partido, en los que de Lucas Alcaraz intentaron atacar hasta por encima de sus posibilidades. Sin peligro, es cierto, pero esto del peligro, en el fútbol, es muy traidor, y no avisa cuando llega.

Los minutos pasaron como pasan las cosas que no tienen mucho sentido, con una evidente sensación de dominio, pero sin dejar de temer un repente imprevisible del Granada. El Barça también resuelve en su versión sindicalista, pero tiene muy poca gracia.

Luis Suárez fue sustituido en el 82, entre gritos de «uruguayo, uruguayo», a pesar de que no tuvo su mejor noche, ni mucho menos.

El Barça cubrió el expediente de un partido sin importancia contra un equipo menor. Se defendió tan bien como lo mal que atacó. Todos podemos tener días así, que solo tienen valor por lo que no has estropeado. Tres puntos y no pasa nada, pero hay que decirlo bien claro: jugando así, sólo ganaremos al Granada, y gracias.