El Atlético traslada su depresión a la Liga

El golpe moral en Turín fue duro y el Atlético tardó un mundo en entrar en el partido ante un Athletic que, como se preveía, impuso un ritmo fuerte para tratar de aprovecharse de las dudas mentales y del desgaste físico de los madrileños en la Champions. Lo acabó consiguiendo. La brega y el empuje de Williams puso en apuros a una zaga en la que Giménez mostró excesivos nervios. Godín le cubrió las espaldas y aportó las soluciones que no encontró su compatriota. El capitán, sin embargo, no pudo enmendar el grave error del central que abrió la derrota visitante en el segundo acto.

El Atlético empezó timorato y más preocupado de protegerse que de buscar la portería. Los bilbaínos, más revolucionados, ahogaron a los madrileños y su intensidad dificultó el manejo de la pelota de los rivales. Las pérdidas de los de Simeone se sucedieron y la batalla en la medular terminó siendo ganada por el equipo de Garitano antes del descanso.

El Athletic sí tuvo oportunidades, pero no puntería. En el minuto cuatro, un disparo lejano de Ibai buscando la escuadra fue el primer aviso. Del menudo delantero fue también la mejor ocasión antes del paso por los vestuarios en un remate tras un pase de Williams. El vuelo de Oblak evitó el gol.

Las lesiones están machacando esta temporada al Atlético y Simeone no tuvo margen de maniobra para construir el muro defensivo para frenar a Williams y Muniain, espoleado por la llamada de la selección. Sin Arias, Savic, Filipe ni Lucas, el argentino volvió a recurrir a Saúl como solución para taponar la vía de agua en la banda izquierda. El centrocampista sufrió porque los rivales volcaron el campo hacia su lado.

La precipitación se fue contagiando entre los visitantes, negados ofensivamente a pesar de contar con un tridente de muchos millones de euros. Un excelente pase de Thomas no fue aprovechado por Griezmann, que pisó mal ante Yeray y se marchó renqueante a los vestuarios. El Atlético no tiró en 45 minutos tácticos y poco vistosos, un dato que demuestra su inoperancia ofensiva.

El francés, pese al susto, pudo continuar en el segundo acto y, como su equipo, tuvo más presencia con el balón. Elpartido comenzó a jugarse en terreno bilbaíno, pero las ocasiones siguieron siendo locales. Williams, incansable, y Muniain exigieron a Oblak antes de que llegara el primer disparo del Atlético. Rodri, desde fuera del área, lo intentó tras una mala salida de Herrerín, que detuvo sin problemas. La entrada de Córdoba y un grave error de Giménez cambiaron el duelo. El bilbaíno se aprovechó de una pérdida del uruguayo y su disparo acabó convirtiéndose en una asistencia a Williams, que solo tuvo que empujar la pelota.

El segundo cambio del Athletic sentenció a Simeone, que sufrió su primera derrota en el nuevo San Mamés. Kodro entró en el minuto 84 por Raúl García y uno después superó con su disparo a Oblak después de que el balón tocara en Giménez. Con 2-0, el Atlético se estiró tuvo dos ocasiones. Morata, desde el área pequeña, no acertó a enviar la pelota a la red después de que Rodri peinara un córner. En la prolongación, un disparo lejano de Thomas provocó la única parada de Herrerín en todo el Partido. Una victoria justa del Athletic que traslada la depresión europea del Atlético a la Liga.