fútbol
Antidopaje siguió a 19 futbolistas sospechosos
Durante la pasada Liga, sometió por primera vez a controles sorpresa a jugadores con valores anómalos en los niveles de anabolizantes
J. C. CARABIAS
Los primeros pasos de la incipiente Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) en el fútbol no se han materializado en un titular rotundo –un positivo en un club de primer nivel–, sino en un lento y laborioso proceso de adaptación ... a la normativa mundial. Durante la pasada Liga se hicieron controles de sangre por primera vez en la historia y, también por primera vez, los agentes descubrieron resultados inhabituales que poco o nada tienen que ver con la inacción del pasado. Al menos 19 futbolistas fueron vigilados con lupa después de que los análisis detectaran un «valor específico anómalo» por encima de los niveles autorizados de esteroides anabolizantes por el código vigente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
El único positivo oficial de la pasada temporada en la Liga fue Dani Benítez, exdelantero del Granada. Positivo por cocaína que se tradujo en su expulsión del club andaluz después de ser sometido a un control antidopaje en el Granada-Betis del pasado 16 de febrero.
Las sospechas no confirmadas surgieron por otra vía. La Agencia Antidopaje practicó 905 controles entre la Primera división, Segunda, Segunda B, la liga femenina y el fútbol sala. De ellos, 856 se efectuaron en el transcurso del torneo, al finalizar los partidos, y 49 se realizaron fuera de la competición, durante entrenamientos o en el propio domicilio de los deportistas. De la cifra global, 16 fueron análisis de sangre (en los que se buscó hormona del crecimiento –hasta hace poco indetectable– y EPO –la célebre eritropoyetina que mejora la resistencia aportando oxígeno al músculo–). El resto, 889, fueron análisis de orina, el método tradicional de vigilancia en el fútbol español. Por primera vez en la Liga española se buscó hormona del crecimiento y EPO en la sangre de los futbolistas.
El notable incremento de controles fuera de la competición (49) tiene algo que ver con la verificación de valores atípicos (así denomina la Agencia Mundial Antidopaje a los casos sospechosos) en el test índice T/E>4, que mide el posible uso de anabolizantes. La utilización de esteroides anabólicos comenzó en la década de 1980 y la testosterona siempre fue uno de los productos estrella. Hasta hace poco, era difícil diferenciar entre la testosterona sintética y la natural del cuerpo. El único método disponible era un formato cuantitativo que establecía una proporción con otro esteroide denominado epitestosterona, que es similar a la testosterona y muy estable en su concentración. Un ser humano tiene un índice T:E promedio de testosterona a epistestosterona de 1,5:1 con alguna variable, aumentando a 4:1 en casos muy raros. Un jugador con niveles excesivos de testosterona tendría un índice mucho más alto. La AMA ha establecido que el índice T:E máximo permitido es de 4:1.
La Agencia detectó 19 casos atípicos en este índice T:E por encima de los valores concretos de una persona. Estos resultados anómalos generaron, por tanto, un seguimiento específico de los futbolistas implicados. Fuentes de la Agencia Española no concretaron a ABC si estos jugadores fueron sometidos a los 16 análisis de sangre fuera de la competición que este organismo practicó en la liga 2013/14.
Los responsables del antidopaje en España consideran que en el pasado campeonato futbolístico hubo cinco casos «adversos», término anclado en el lenguaje políticamente correcto para definir lo que en otra vida se hubiera traducido por cinco positivos . El referido de Dani Benítez por cocaína y cuatro casos más que tienen que ver con el uso de cortidoides y broncodilatadores.
Hubo un episodio con el acetónido de triamcinolona, una pomada que constituye un tipo de esteroides generalmente usados como antiinflamatorios. Otro con budesonida, un aerosol que se emplea para tratar la congestión y la secreción nasal. Uno más con dexametasona, un potente glucocorticoide sintético con acciones que se asemejan a las de las hormonas esteroides. Y, por último, uno con terbutalina, un broncodilatador para el tratamiento a corto plazo del asma y de las obstrucciones pulmonares.
Todos ellos no pasaron al registro negro de los positivos en el fútbol porque o bien el futbolista tenía una autorización terapéutica para usarlo (algo parecido a lo que sucedió con Lance Armstrong en el Tour 1999) o bien porque lo ingirió por inhalación. Ambos procedimientos están permitidos y no son dopaje.
Fuentes de la Agencia Antidopaje aseguraron a ABC que el fútbol es el deporte español que más controles recibe por un factor político. Siempre tiene más eco y trascendencia lo que ocurre en la Liga que en el bádmiton o el piragüismo.
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