Barsa Lassa y Real Madrid se enfrentarán en la final de la Liga Endesa

El Barcelona tomó el mando del partido desde el principio y ya no lo abandonó hasta la bocina final ante un luchador Tecnyconta Zaragoza que nunca bajó los brazos y obligó a su rival a no relajarse a pesar de que llegó a tener hasta 20 puntos de ventaja porque la intensidad 'rojilla' le acercaba una y otra vez hasta un mínimo de nueve puntos.

El acierto de los azulgranas en los triples, un 42 por ciento (16/38) fue clave para su victoria destacando en este aspecto un gran Kyle Kuric que anotó 6 de 7.

En el primer cuarto Porfirio Fisac intentó sorprender al conjunto catalán con una zona 2-3 pero su rival supo solventar bien el problema lo que le permitió ir por delante ante un Tecnyconta Zaragoza que tenía más problemas para anotar.

La defensa azulgrana provocaba bastantes quebraderos de cabeza al ataque maño pero además éste cometía errores de principiante al regalar tres 2+1 cuando no había opciones de frenar el ataque, a lo que se unía el dominio reboteador visitante en el aro local (cinco capturas en los primeros cinco minutos del segundo cuarto), permitiendo al Barça segundas opciones que no desperdiciaba.

El equipo de Svetislav Pesic llegó a marcar hasta 14 puntos de renta en el minuto 17 pero un Javier Justiz desatado acercó a los suyos en el último minuto de segundo cuarto hasta los siete puntos (37-44) que le metían en el partido.

Sin embargo, el potencial foráneo apareció y con dos triples en los últimos 37 segundos de Adam Hanga y de Kevin Pangos el conjunto barcelonés volvió a colocar una cómoda diferencia de 13 puntos al descanso.

Ésta se disparó hasta los 20 (39-59) con un triple de Hanga en el minuto 23 que parecía sentenciar definitivamente la contienda pero la fe que ha mostrado el Tecnyconta Zaragoza esta temporada volvió a salir a relucir para, en un arranque de casta protagonizado por Justiz y Stan Okoye, rebajar la diferencia a los once puntos (58-69) que al inicio del último cuarto se redujeron a nueve y que hacían soñar a su parroquia con el milagro.

Sin embargo, Thomas Heurtel decidió echarse al equipo a la espalda en esos en esos momentos y con tres triples consecutivos subió la diferencia hasta los 16 puntos (65-81).

Pero el equipo maño no estaba dispuesto a tirar la toalla ni a rendirse, y mucho menos en casa, así que el marcador hizo la goma de nuevo arriba y abajo, pero siempre con una diferencia que no generó problemas a los visitantes.

La afición local, consciente de lo que suponía haberse metido en semifinales frente a un equipo con diez veces más presupuesto, despidió a los suyos, a pesar de la derrota, puesta en pie y al grito de "campeones, campeones".