Real Madrid - Barcelona: otro clásico para la final de Copa

Se cumplen estos días diez años del primer trofeo de la era Laso en el Real Madrid . Aquella Copa levantada en el Palau Sant Jordi que supuso un cambio de ciclo en la canasta nacional. Desde entonces, los blancos han vivido una de las épocas más gloriosas del club, con el Barça resignado a recoger las migajas que iba dejando el equipo madridista. Tendencia que se ha ido invirtiendo en los últimos meses y que ha desembocado en esta Copa que aparecía en la previa teñida de color azulgrana . Porque a ella llegaba el Madrid con dudas, derrotado en los últimos tres clásicos por su gran rival. Pero los blancos volvieron ayer a mostrar su competitividad. La de siempre cuando huelen un título.

Se reivindicaron con un encuentro muy completo ante el Lenovo Tenerife en el que Laso volvió a contar con Rudy Fernández y Gabriel Deck. Dos piezas fundamentales para que el equipo vuelva a ser el que volaba a mitad de temporada. Recuperación justo a tiempo, aunque con resultado muy diferente. El balear mostró sus chispazos habituales, mientras que el argentino continúa perdido, como si le hubieran robado los poderes en la NBA. «Son jugadores que vienen de estar parados y que tienen que entender muy rápido lo que el equipo necesita de ellos. Gaby está en una situación complicada, porque después de mucho tiempo sin estar con nosotros, ha vuelto y se ha lesionado . Ahora debemos mimarle para que vuelva a su mejor nivel. Rudy es un jugador que nos da muchas cosas, tanto en ataque como en defensa. Tiene mucho mérito que después de una lesión vuelva y lo haga así de bien. Lo importante es que no dudamos de ninguno de ellos», explicaba Laso tras el partido, en el que el balear fue uno de los destacados.

No tardó el Madrid en romper el partido , acunado por el acierto exterior (6 de sus primeros 7 triples acabaron dentro de la canasta) y por la contundencia de Tavares cerca del aro. Dos armas que, si funcionan, resultan imparables para el rival y que le sirvieron para controlar al Tenerife durante el resto del partido. A ellas se sumó otro buen partido de Heurtel, brillante de nuevo en la Copa. «Todos decís que estamos muy mal, pero no estamos tan mal», reivindicaba el galo tras el partido. Aviso cargado de confianza.

El título será para Real Madrid o Barcelona, pero la historia de la Copa es la del UCAM Murcia, un equipo que llegó muy justo al torneo por culpa del coronavirus -su técnico solo dio negativo horas antes del primer partido y apenas habían jugado tres partidos en 53 días por un brote - y que aun así ha sido capaz de eliminar al Valencia Basket en cuartos y de poner contra las cuerdas al todopoderoso Barcelona en semifinales.

Los de Sito Alonso comenzaron timoratos el partido (32-16, min. 10), pero a partir de ahí se quitaron los nervios y se lanzaron a por un triunfo que parecía imposible. Tanto, que ni siquiera el Barcelona se creyó el envite, impasibles los azulgranas mientras menguaba la distancia en el marcador.

No fue hasta el tercer cuarto cuando se consumó la remontada que hizo estallar a la grada del Palacio de Deportes (65-66, min. 27). Esfuerzo épico que se agrandó hasta los cinco puntos, pero que fue rápidamente aplacado por el Barcelona. Mirotic primero y Kuric después rompieron el sueño murciano , encargando otro clásico para la final de Copa.