El Barça es tumbado en su lona por un CSKA «campeón»

No había perdido el Barça en el Palau Blaugrana en lo que iba de Euroliga, pero la visita de un CSKA Moscú al que le entró casi todo fue demasiado. Los de Svetislav Pesic venían de ganar a Fenerbahçe y a Maccabi en casa, dos históricos, pero no pudieron con el tercero, un vigente campeón que mostró sus galones y sus ganas de mejora.

El equipo entrenado por el griego Dimitris Itoudis venía de encajar dos derrotas a domicilio en España, ante Baskonia y Real Madrid, y el Barça pagó los platos rotos. Al CSKA se le hacía enorme el aro desde el triple (14/30 en el partido, con un 46,7 por ciento de acierto) y también en tiros de dos (71 por ciento de efectividad), dejando poco lugar a la sorpresa.

Sólo un acierto similar en el Barça podía hacer que el partido estuviera igualado, y esto sólo se dio en el primer cuarto (20-18). En el segundo, la racha anotadora del CSKA llevó a los rusos a los 33 puntos, mientras que el equipo de Svetislav Pesic empezaba su calvario; falta de ideas en ataque, donde los uno contra uno era la única vía y no tenía éxito, y una defensa para olvidar.

Al descanso el marcador era de 38-51, y lejos de salir a morder en el tercer periodo en busca de poner un ambiente infernal en el Palau y acercarse a la remontada, el CSKA infligió un 12-25 a los blaugranas. El segundo capítulo del guión que tuvo el segundo parcial fue aún peor para los locales, que además encajaron un parcial final de 0-12 para situar un doloroso 50-76 en el marcador.

Apenas Nikola Mirotic y Brandon Davies (19 puntos cada uno) anotaba en números destacados, pero a base de tirar, tirar y tirar y también fallar algo más de lo habitual en Mirotic. Le puso ganas, sin reproche alguno hacia él en este sentido, pero no tuvo acierto y no hubo nadie más en el equipo que pudiera coger las riendas que el hispano-montenegrino no era capaz de controlar. Cory Higgins, ante su exequipo, se quedó en 4 puntos en 20 minutos de juego.

Una pequeña reacción en los últimos diez minutos, que era de esperar, no fue suficiente para soñar con la remontada. El parcial de 7-0 inicial fue contestado por dos triples más de la escuadra rusa, tónica que se iría repitiendo. En uno de esos triples, Mike James anotó desde su casa y sobre la bocina, no siendo el único triple de esa guisa en el partido por parte del CSKA. Punto y final, y liderato perdido.

El partido fue muriendo, de forma lenta y agónica para un Barça que ya no vive en un fortín inexpugnable. El CSKA Moscú, que ya fue verdugo blaugrana el año pasado, se encargó de ello. Pero, seguro, los de Pesic tomarán nota de sus errores para plantar cara a un CSKA que ha demostrado, en Barcelona, que es un claro aspirante a seguir llevando la corona un año más. El Barça, en una derrota más dolorosa que las dos anteriores, ya tiene un golpe bajo del que aprender.