El CB Sevilla, abocado a la desaparición

Como eso no sucedió, hacía meses que se venía gestando un nuevo proceso de venta porque, de lo contrario, la entidad no tendría futuro alguno, ni siquiera para la próxima temporada. Se abría, a partir del 1 de julio, una contrarreloj de quince días, ya que el banco dejó una ventana abierta en la negociación con Jefferson Capital para asegurarse que podría recuperar las acciones en ese plazo si aquél no cumplía el contrato y poder disponer así de nuevo de las mismas a fin de traspasarlas a un nuevo inversor. En ningún caso contemplaba la posibilidad la entidad financiera de quedarse otra vez con la mayoría accionarial.

Antes de que terminara la temporada se conoció esta circunstancia y desde entonces las semanas han sido frenéticas, estresantes, hasta dejar paso a la angustia a medida que pasaban los días y no tocaba a la puerta ese inversor que cumpliera con las exigencias que demandaba el banco para adquirir plenos poderes en el club . A saber, presentar un proyecto de tres años para darle estabilidad al CB Sevilla, invirtiendo dos millones de euros en las arcas de San Pablo esta próxima temporada para cubrir, primero, 1.050.000 euros correspondientes a la ampliación de capital acordada en la Junta Extraordinaria de Accionistas del pasado 3 de julio. El resto, hasta los dos millones solicitados, se destinarían al presupuesto del club con vistas al curso 2015-2016.

El martes por la noche sonaron las alarmas definitivamente, de modo que el presidente, Fernando Moral , que se ha encargado de manera personal de la mayoría de las gestiones realizadas para prolongar la vida del club, viajó ayer hasta Barcelona a primera hora de la mañana. La idea: buscar una solución sobre la bocina, desbloqueando la negociación para que alguno de los dos ofertantes que había pudiera cerrar un acuerdo antes de esa fecha límite . Se propusieron varias alternativas por parte del club y ninguna cuajó. La posibilidad de contar con una prórroga fue otra bola extra por la que se peleó hasta ya entrada la medianoche. Moral estuvo todo el día en Barcelona, buscando vías alternativas, el auxilio de las instancias políticas para que intermediaran. Parece que el alcalde, Juan Espadas , está molesto . No le ha sentado nada bien la noticia.

El banco, de haber surgido un inversor que hubiese aportado las cantidades reseñadas, se habría comprometido a conceder, en calidad de patrocinador secundario, un millón de euros en cada una de las dos próximas temporadas. Ahora, se abre otro escenario, otra cuenta atrás. Se trata de un proceso legal para la ampliación de capital que culminaría el 10 de septiembre . Si en esa fecha no se suscribiera ese 1.050.000 euros para el restablecimiento del equilibrio patrimonial del club, se procedería a la disolución de una entidad histórica que está sufriendo lo indecible. Hay esperanzas aún, pero casi todas pasan por lograr ahora que Jeffrey Meythaler venda el club. Por San Pablo aún hay quien confía en que el equipo saldrá en la ACB.