Veranos con pocos movimientos

Porque si se echa la mirada atrás, aunque por motivos distintos, como por ejemplo fue la complejidad del mercado por el coronavirus en el verano de 2020, el Betis se ha caracterizado precisamente por eso, por mantener en la plantilla a los jugadores más importantes y sólo reforzarse según las necesidades. De hecho, tanto en los zocos estivales de 2020 y también en el de 2021, la característica principal estuvo en fichar en la parcela defensiva, ya que era la obsesión de Pellegrini y su cuerpo técnico reducir el número de goles encajados. En estos dos últimos mercados de fichajes de verano la zaga ha sido la demarcación del equiop más reforzada, con hasta seis incorporaciones. En el verano de 2020 fichó el Betis a Juan Miranda, cedido por el Barcelona en su último año de contrato con la entidad azulgrana, y a Montoya y Víctor Ruiz, quienes arribaron libres a Heliópolis tras acabar sus vinculaciones con el Brighton y el Besiktas, respectivamente. Mientras que en el 2021, además de confirmar la propiedad de Miranda, fue el mercado en el que llegaron al Betis Bellerín, cedido por el Arsenal; Sabaly, tras finalizar su vinculación con el Girondins de Burdeos; y Germán Pezzella, por el que el club verdiblanco pagó 3,5 millones a la Fiorentina. También se ha fichado a dos porteros, uno en cada verano. Primero fue Claudio Bravo y después Rui Silva, ambos libres tras finalizar sus etapas en el Manchester City y el Granada, respectivamente. En el ataque, sólo un fichaje, la cesión el pasado verano de 2021 de Willian José, procedente de la Real Sociedad, club con el que el Betis acordó las cantidades y las formas de pago para hacer del de Porto Calvo futbolista bético a todos los efectos de cara a la próxima campaña 2022-23.

Ahora, en la comisión deportiva bética cuentan con las incorporaciones del central Luiz Felipe, que llega libre de la Lazio, y del joven atacante Luiz Henrique, procedente del Fluminense, que cubrirán las bajas en la plantilla de Tello y Joel Robles. El resto de movimientos que pueda haber en julio y agosto, antes de que el día 12 del octavo mes del año vuelva a rodar el balón, dependerán de las ventas que se produzcan y de la capacidad económica que dichas operaciones dejen en la caja verdiblanca para tapar esos huecos con jugadores que rindan desde que se pongan por primera vez la camiseta del Betis.