El sueño de fichar a Antony y la sorpresa final de Amrabat

El club heliopolitano, que había aligerado en la noche del domingo la vuelta del brasileño y que quedó cerrada durante la mañana, se centró en completar la plantilla en esa otra posición que había demandado Manuel Pellegrini. Aunque el nombre de Guido Rodríguez estaba sobre la mesa, siempre y cuando hubiera obtenido la carta de libertad del West Ham, el Betis apostó por Amrabat, que se encontraba en la rampa de salida de un Fenerbahçe que necesita aligerar su plantilla.

Si Antony jugará de nuevo en el Betis y será en propiedad, con un contrato que lo vincula hasta 2030, Amrabat recala como cedido hasta final de temporada, en una operación relámpago con la que la dirección deportiva consigue un perfil de centrocampista que no existía en la plantilla. Un pivote con físico y experiencia internacional para completar la medular bética tras la salida de Johnny Cardoso.

La jornada bética comenzó con Antony. La ardua negociación con el Manchester United, iniciada nada más terminar la temporada con el primer viaje de emisarios béticos a la capital inglesa y culminada este lunes, cristalizó con el pago de 22 millones de euros, más otros cuatro en variables, a la vez que el United se reserva el 50% de la plusvalía de una futura venta.

La llegada de Antony, al filo de las diez de la noche, al Aeropuerto de Sevilla reflejó el sentir del beticismo. Cientos de aficionados se acercaron para darle un caluroso recibimiento al brasileño, quien conectó con los béticos desde el primer momento de su fichaje el pasado mes de enero. Tras un verano realizando continuos guiños, Antony pudo cumplir su deseo de volver al Betis, el equipo en el que recuperó la felicidad.

El retorno de Antony no ha sido sencillo. Desde el primer viaje del CEO, Ramón Alarcón, y el director deportivo, Manu Fajardo, a Mánchester a comienzos de junio, hasta el acelerón que se produjo en la noche del domingo, la negociación entre el Betis y el United ha contado con numerosos altibajos. Las altas exigencias del club inglés, que tasó a Antony en 50 millones de euros, y que también rechazó la posibilidad de un nuevo préstamo, acabaron provocando que el Betis diera un paso adelante exprimiendo su límite salarial.

Aunque esta situación generó un debate interno, los dirigentes decidieron realizar ese esfuerzo añadido para contar con la vuelta del brasileño, un refuerzo de campanillas para apuntar alto en LaLiga. Durante todo el verano, la prioridad siempre fue contar de nuevo con Antony, aunque para ello se forzase al límite para que entrase en los parámetros económicos.

Tras dejar zanjada la incorporación del brasileño, que inició su viaje a Sevilla sobre las seis de la tarde, el Betis activó el plan para buscar un refuerzo añadido, aunque siempre contando con la dificultad de tener casi al límite la disponibilidad salarial, lo que también provocó que se intentase la salida del Chimy Ávila o que se recibieran propuestas por Sergi Altimira. De hecho, durante la mañana llegó una propuesta del Everton y otra del Eintracht por el centrocampista, aunque finalmente ni el club verdiblanco ni el futbolista valoraron esta alternativa al considerarla inadecuada en este momento del mercado. De hecho, hace unos días, ambas partes ya descartaron un movimiento a la Bundesliga que era incluso más favorable para todas las partes, al tratarse de un jugador ahora mismo titular para Pellegrini.

Descartada la salida de Altimira, los focos apuntaron a Chimy Ávila y Cedric Bakambu. Al argentino se le intentó buscar acomodo, pero las distintas ofertas que se recibieron, alguna de Primera y muchas de Segunda, no conseguían cubrir el coste que le supone a la entidad, por lo que finalmente el Chimy seguirá vistiendo de verdiblanco al menos hasta enero.

Distinto era el caso de Cedric Bakambu. La salida del congoleño sólo se planteaba en Heliópolis si hubiera existido la posibilidad de firmar a un delantero que le hiciera competencia al Cucho. La opción estuvo sobre la mesa cuando se recibió el ofrecimiento de Umar Sadiq, el delantero nigeriano a quien la Real Sociedad quería dar salida en este mercado. Tras negarse a entrar en la operación de Yangel Herrera, fichaje del equipo donostiarra procedente del Girona, el delantero apuntaba al Valencia, el club que más había insistido en su fichaje tras la productiva cesión del pasado año. Las dificultades del equipo ché para llegar a las cantidades que exigía la Real –el Valencia acabó firmando a Lucas Beltrán como cedido desde la Fiorentina– provocaron que el ofrecimiento llegase al Betis, donde se valoró esa alternativa, pero finalmente se optó por apostar por Amrabat, un jugador que era más necesario para la plantilla según la opinión de los técnicos.

«Queríamos equilibrar el centro del campo con un jugador así y lo conseguimos», admitió el director deportivo, Manu Fajardo, que tenía claro que debía ofrecerle a Pellegrini tanto una alternativa de nivel en el ataque, algo que se consiguió con Antony, como un refuerzo con físico en la medular, ese perfil de Amrabat.

Incluso en la larga jornada de trabajo en las oficinas del Betis hubo tiempo para reforzar al filial, que sumó un nuevo efectivo con la llegada de Yoan Koré, un joven central francés que militaba en el París FC, que recaló como cedido en el filial heliopolitano, aunque el Betis se reserva una opción de compra con una cifra aproximada al millón de euros. Tras las salidas de Nobel Mendy, cedido al Rayo, y de Rudy Kohon, traspasado, el club verdiblanco apuesta por un perfil similar para el Betis Deportivo, que también cerró la cesión de Álex Pérez al Torino, que se guarda una opción de compra.