Gran recuperación de Rahm, que se mete en la lucha por el British

Si a estas condiciones se le suma la calidad de los contendientes es natural que se viera un golf de altísimo nivel, especialmente en los partidos en los que se agrupaban distintos ganadores de majors. El mejor de todos, sin duda, fue el de Jon Rahm (vencedor del último Open USA), Shane Lowry y Louis Oosthuizen (ambos vencedores el Abierto Británico, en 2019 y 2010, respectivamente). Y, si bien el irlandés, defensor del título, vivió una gran actuación de cinco bajo par para situarse en (-4), el duelo que mantuvieron el español y el sudafricano fue absolutamente genial. Como si quisieran rememorar la ronda final de Torrey Pines, en la que se jugaron el último grande en la distancia, mantuvieron una pugna épica. Jon remontaba golpes con precisión para salir de la delicada situación en la que quedó tras la primera ronda, en la que no metió un putt. Ayer, con tres birdies por cada vuelta, firmó seis abajo en el día para un acumulado de (-5) que le hizo ascender 62 puestos en la clasificación general hasta la duodécima plaza, a seis golpes de Louis, que no se dejó intimidar en ningún momento. Con unos nervios de lo más templados, no solo no se dejó impresionar por el acoso del vizcaíno, sino que aprovechó para mirar hacia arriba y superar al líder del turno de mañana, Collin Morikawa , que había dejado el listón en (-9) en la casa club. El pequeño sudafricano firmó 65 impactos (-11), que unidos a los 64 del jueves suman 129, nuevo record en la historia del British.

Después de una mala primera ronda, en la que no se encontró a gusto en los tapetes, el de Barrica ayer por fin se reencontró con su mejor juego. Con una estrategia más adecuada al juego en estos terrenos naturales, buscó más las calles con los hierros largos y luego, con buenas aproximaciones, se dejó opciones más cercanas a las banderas. Esto redundó en los seis birdies reseñados y en ahuyentar los errores de una tarjeta que aún pudo haber sido mejor si los putts del 12 y el 17, en lugar de tocar los bordes de los hoyos, hubieran terminando cayendo para dentro. De todas formas, no perdió la sonrisa, porque la tarea ya estaba hecha. Había que meterse de nuevo en el torneo y estar a seis golpes del liderato con 36 hoyos por delante es una buena razón para seguir pensando en este grande. Es cierto que al español le quedan aún otros duros huesos por delante -Jordan Spieth (-8) y Dustin Johnson (-7)- y que tiene empatados con él a Brooks Koepka y Paul Casey, pero hay motivos más que sobrados para la esperanza.

Por su lado, Sergio García (-3) también estuvo firme y con facilidad para recuperar (cinco birdies por cuatro bogeys). Campillo (+2), Cabrera (+3) y Castaño (+4) no pasaron el corte.