No habrá candidatura de los Pirineos: «La hemos destrozado en casa»

«Era un proyecto que pretendía unir, que partió desde la sociedad, no desde la política. Al final, este proyecto deportivo ha derivado en enfrentamientos políticos importantes basados en mentiras, intereses y suposiciones. Nuestros rivales deben ser otras candidaturas, no nuestras propias desavenencias. No podemos materializar el proyecto en el que tanto llevábamos trabajando. La candidatura conjunta no exista. Abrimos la posibilidad de que si uno de los dos implicados quiere presentar en el futuro una candidatura única, será estudiada por el COE», señaló Blanco.

Según el presidente del COE, eran los presidentes de Cataluña y Aragón los que debían ponerse de acuerdo. Detalló el mandatario el tira y afloja por las sedes y por los deportistas entre las dos comunidades implicadas (Aragón tenía más pruebas y Cataluña más deportistas). En pleno cisma, fue Aragón quien propuso una distribución por lotes, algo que fue desechado rápidamente por el COE y por Cataluña. Se anularon dos visitas del los expertos del COI porque aún se estaba negociando entre las partes implicadas, pero el proyecto no podía ser presentado por la discusión interna.

Lo que debía ser una muestra de unidad ha acabado por evidenciar que la brecha política en España no tiene límites, incluso en el deporte. La candidatura de los Pirineos para los Juegos Olímpicos de 2030 comenzó a empantanarse hace más de un año, cuando el socialista Javier Lambán, presidente de Aragón, rompió el tablero al entender que el COE estaba beneficiando en el reparto de deportes y sedes a Cataluña, el otro organizador de la propuesta junto a los maños. Las competiciones de esquí alpino recayeran en Cataluña (en la Molina y Masella), así como las pruebas de esquí de montaña, el snow y el freestyle (en Baqueira Beret), y el hockey sobre hielo (en el Palau Sant Jordi de Barcelona) irían a Cataluña. Aragón, por su parte, acogería las modalidades de biatlón y esquí de fondo, el curling (en Jaca); y el patinaje de velocidad (en Zaragoza).

Desde entonces, la guerra pasó al plano público. El COE llegó a acusar a Lambán de que torpedeaba la propuesta por «anticatalanismo» y por «intereses electorales» (hay elecciones el año que viene en Aragón), mientras que el presidente autonómico defendía que la idea de unos Juegos unitarios se había roto por el camino por el supuesto trato de favor hacia Cataluña. «Aragón apuesta por unos juegos del Pirineo, entendidos como proyecto de país, de Estado, de España. Cualquier cosa que se separe de esta propuesta tendrá una respuesta absolutamente contundente por nuestra parte, que llevaremos a todos los ámbitos nacionales e internacionales, porque lo que se estaría generando es un problema territorial y política muy grave», declaraba el lunes Lombán.

Mientras transcurría la tormenta, desde Cataluña crecía la idea de que si Aragón no quería ser parte del proyecto, el Govern podría gestionarlo en solitario sin problemas. «Cataluña está para asumir la organización de la candidatura», aseguró Laura Vilagrà, consejera de la Presidencia catalana.

Pese a que la candidatura pirenaica sea ya una sombra del pasado, Cataluña y el COE miran hacia 2034 como próximo objetivo olímpico, cita en la que la comunidad autónoma podría ser la única sede propuesta desde España al Comité Olímpico Internacional para organizar los Juegos de Invierno.