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Patinaje Artístico

Javier Fernández: «Noto enseguida si la cuchilla está un poco más a la derecha o a la izquierda»

El patinador comparte con ABC el balance de otro año de éxitos, los planes para 2017 y los nervios por presentar su propio espectáculo

Javier Fernández, en Callao, posa para ABC Maya Balanya
Laura Marta

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A Javier Fernández las Navidades siempre le pillan con faena. Exhibiciones, presentaciones o nuevos proyectos que se inventa para no parar. Es una de las características del patinador madrileño, y que lo han llevado hasta donde está, la cumbre. El talento estaba, pero lo ha trabajado a conciencia para darle la forma de campeón.

Termina 2016 y Fernández comparte con ABC una mirada hacia atrás orgullosa y satisfecha. Conquistó su segundo oro mundial en marzo. Un precioso recuerdo y otro sueño cumplido de aquel niño al que le daba un poco de miedo el hielo. «Y además, todas las competiciones menos una fueron medalla de oro así que puedo pedir poca cosa más», añade. Solo cedió en la final del Grand Prix de Marsella, y su argumento resume quién es Javier Fernández: «Es el primer torneo en los últimos dos años en los que no consigo subir al podio. Pero hemos encontrado los fallos y nos sirve para aprender. Mejor que ocurra aquí y no en un Europeo o en un Mundial». Esos que quiere volver a ganar en 2017, a finales de enero y en marzo. Una carga de presión que lleva bien, aunque no omite que tantos nervios en apenas dos meses cansan. «Se soluciona revalidando el título», sentencia.

Fernández mantiene los ojos despiertos del chiquillo que siguió a su hermana a la pista, pero este próximo año, el madrileño cumplirá su décimo Mundial . Un aniversario que le recuerda los muchos esfuerzos que ha invertido en el proceso. «Y desgasta», reconoce con otra sonrisa, esta vez de aceptación. «Llevo mucho tiempo en la élite, no he tenido años sabáticos ni me he retirado de ninguna competición en toda mi carrera... Y no solo son los torneos, porque están las exhibiciones por todo el mundo para ganar dinero. Al final, después de tantos años dices… “madre mía, estoy un poquito cansado” ». Como también, asume, le pasa a su entrenador, Brian Orser. «Tiene una o dos semanas de vacaciones al año, casi nunca pasa las navidades en casa. Sé que para él también es muy duro. No sé cuándo dejará de dar clases a este nivel, pero no creo que le quede mucho tiempo».

En sus patines ha visto evolucionar un deporte en el que todo se mide al milímetro: la expresividad, la técnica, la fuerza, la sincronización con la música. Tanto ha aumentado el nivel que cada vez cuesta más arañar esas décimas que dividen una plata de un oro. Unos puntos que pueden decidirse, incluso, en una cuchilla descentrada. « Utilizo dos pares de patines por temporada . Hay quien gasta más, pero yo necesito amoldarme muy bien a ellos. Noto muchísimo si la cuchilla está más para la izquierda o para la derecha. Cuando empieza la temporada y empiezas a patinar te das cuenta de si tienes que hacer pequeños ajustes con los saltos y el cuerpo». Tan milimétrico cada detalle del programa que los saltos acaban saliendo naturales da fuerza de repetirlos, y es cuando Fernández se mueve por sensaciones. «Casi siempre sé durante el salto si va a salir bien o mal , si ha pasado algo en la entrada o si estoy en un eje en el aire que no debería y voy a ir al suelo». Por eso, cada vez es más difícil sorprender. «Lo más complicado es encontrar la combinación perfecta de un patinaje técnicamente perfecto y la chispa dentro del hielo». Él la busca con cada coreografía. La de este año, a ritmo de Elvis, le divierte y la disfruta. «Sobre todo cuando ya ha pasado la mitad del programa. Ya me puedo relajar un poco y hacer que la gente vea que me divierto», se ríe. No trata de imitar a los personajes a los que da vida en el hielo, sino de adaptar su patinaje a la sensibilidad de la música que interpreta. «Elvis solo hay uno. Quiero que el público se identifique con algunos de sus movimientos, pero sigo siendo yo el que patina».

Javier Fernández posa para ABC Maya Balanya

Una mezcla brillante.

RevolutiOn Ice

Y entre entrenamiento y entrenamiento, a Fernández le desconecta la videoconsola . «Una partida por la mañana antes de salir de casa, y otra cuando llego, y haya sido el día bueno o malo ya pienso en otra cosa. Tu mente no puede estar cien por cien pensando en los entrenamientos durante tanto tiempo». Aunque a Fernández, el patinaje nunca se le va de la cabeza. Sus medallas también son para España, para ese chico que pueda seguir la estela de su brillo. « Ojalá el relevo llegue lo antes posible porque quiero que este deporte siga funcionando ». Por eso, en lugar de relajarse estas Navidades se inventó un espectáculo sin precedentes en España que vivirá con más nervios que un Mundial el 29 de diciembre, RevolutiOn Ice . «Es un proyecto muy grande: música en vivo, cinco campeones del mundo... quiero que guste a la gente, y extenderlo a más lugares si sale bien. Teníamos la idea, pero en Mojácar, Henry Méndez, nos empujó del todo. Y ya está aquí». Aunque se quede sin descanso en sus pocos días de Navidad. El 1 de enero volverá a Canadá a seguir peleando por ser mejor.

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