España despierta para soñar con el oro

Explicaba Entrerríos en la previa del partido que había que limitar las pérdidas de balón, que tanto han lastrado el juego español en este Europeo. Sabía que las rapidísimas transiciones de los croatas iban a ser una pesadilla. Así lo fueron en los primeros instantes del encuentro. Dos errores en ataque provocaron los dos primeros goles del rival. Era el propio Entrerríos quien celebraba con furia el primer tanto español, fruto de su calidad, pero no se había etnrado con buen pie en el partido. El seleccionador, Manolo Cadenas, intentó variar la dinámica con el primer tiempo muerto a los cinco minutos. Un 1-4 no entraba en sus planes . «Atacad, sed más dinámicos», arengaba.

Y salió por fin la selección del vestuario. Un parcial de 4-0 equilibró las fuerzas. Había una final del Europeo en juego. Diez años después. El corazón y la cabeza : Raúl Entrerríos, que coordinó el ataque y evitó la sangría. No se encontró la forma de anticipar las fintas de los atacantes croatas, de cerrar los espacios. Hasta que la defensa adelantó un paso y sacó la mano. Dos, tres y cuatro robos de balón para que España fuera la España de los éxitos: contragolpes y correr . El viento comenzó a soplar a favor.

Antonio García lideró la efectividad en el lanzamiento, y Julen Aginagalde marcaba el gol 18 antes del descanso. Cuatro tantos de renta y por fin esos minutos de calidad que exigía la penúltima final del Europeo de Polonia y de los que casi no se han disfrutado.

Se quería seguir en esa línea, pero volvieron los fantasmas. Aquellos que bloquearan a la selección ante Dinamarca, después de una primera parte perfecta. Lejos de aprender la lección, se volvió a rozar esa inquietud. Se diluyó la tranquilidad, también la ventaja en el marcador. Otra vez el atasco de ideas. El peligro.

Una suspensión de Gedeón Guardiola algo dudosa aumentó el nerviosismo y animó a Croacia, que se acercó a un solo tanto. Pero el susto se volvió a disipar a la española: tres robos, y dos vuelos de Víctor Tomás, con una «frivolité» de muñeca incluida, para afianzar la superioridad. Un pie mágico de Gonzalo Pérez de Vargas para frenar un penalti fue la puntilla para los croatas. Con el gol de Rivera desde los siete metros, y los cuatro tantos de nuevo a favor, comenzaron las celebraciones contenidas en el banquillo español.

Lo decía el capitán: ha habido sufrimiento, irregularidades, nervios... pero están en la final del torneo. Con sesenta minutos por delante para empezar de cero con un solo objetivo con premio doble: el primer oro europeo y el billete para los Juegos de Río 2016.

Da las últimas indicaciones, con permiso del seleccionador Manolo Cadenas, al final de los tiempos muertos. Anima y anima desde la banda. En la pista: dirige las ganas, el juego, el balón. Orienta las jugadas hasta que su idea acaba en gol. Es Raúl Entrerríos, capitán de la selección española de balonmano, y atiende a ABC antes de que realice con el equipo el primer entrenamiento en el Tauron Arena de Cracovia. El pabellón donde España luchará hoy por la final en el Europeo de Polonia ante Croacia (21.00 horas, TDP) .

-¿Cómo está?

-Bien, bien, entero dentro de lo que cabe en estas dos semanas. Con ilusión de ver si conseguimos un objetivo que cada vez está más cerca.

-¿Y el equipo?

-Teníamos esta meta antes de empezar el Europeo, y está muy satisfecho porque ha sido un camino muy exigente. No solo por nosotros y nuestros rivales, sino por todo el campeonato. Hay mucha igualdad.

-Un objetivo muy grande cumplido, pero abonados al sufrimiento cada partido. ¿Demasiado desgaste?

-Es lo que toca en este tipo de torneos. Tenemos que vaciarnos en cada encuentro. No solo nosotros estamos peleando por las medallas y por un billete a los Juegos Olímpicos de Río, sino que todas las selecciones se están jugando algo: estar en la siguiente ronda, una plaza en el preolímpico, la final... Se ha sufrido, sí, pero lo importante es que también nos hemos plantado y mostrado muy consistentes para seguir el camino.

-¿Cómo se vive desde el banquillo esas rentas optimistas que dan tranquilidad y que se van perdiendo?

-No lo buscamos, por supuesto, nos encantaría haber ganado todos los partidos de la forma más cómoda posible, y es lo que intentamos pero las situaciones cambian en cada segundo. Ha habido momentos en los que nos encontrábamos muy bien y muy cómodos y no hemos podido evitar una exclusión, un gol que no entra... y te cambia la dinámica. Pero hay que mirar el lado positivo, que lo hay: a pesar de esos errores que nos han hecho sufrir, llegamos fuertes a semifinales.

-Hoy, Croacia.

-Otra final, como todos los partidos anteriores, muy difícil. Han cambiado algunas caras desde los últimos torneos, pero siguen siendo muy competitivos. Además tienen una forma de jugar y una filosofía muy clara: una entrega tremenda en defensa. Lo demostraron ante Polonia -arrollaron a los anfitriones por 37-29-, y eso nos exige hacer un partido muy serio en todas las facetas. Sobre todo, no permitir balones sueltos.

-Francia fue eliminada de la lucha por las medallas. ¿Magnifica su trabajo en este torneo?

-Con independencia de lo que ha pasado con Francia, quiero que se valore lo que estamos haciendo, luchar por las medallas cada año. Llevamos desde 2011 llegando a las semifinales de torneos durísimos en los que cada vez hay más aspirantes, como se ve aquí, donde no ha sido fácil pronosticar los candidatos. Estoy muy orgulloso de poder conseguirlo otra vez. No es nada fácil. El primer objetivo se ha conseguido, y una vez en este punto, hay que salir a por el otro, el bonito, el que todos queremos jugar y disfrutar.

-¿Y para quitarse la espina del cuarto puesto en el Mundial de Qatar?

-Duele, claro que duele. Es la forma más dolorosa de salir de un torneo: clasificarte para semifinales y quedar cuarto. Pero hay que aprender de esto, y aprovecharlo, porque no es nada fácil llegar hasta aquí. Y ser inteligentes para valorar que los demás van a luchar, y salir más fuertes.