Alpinismo

Coronavirus, amenaza de brote en el Everest

El gobierno de Nepal mantiene el secretismo para no dañar la economía de un país que tiene en el turismo de montaña una importante fuente de riqueza

Ascensión en el Everest EFE

El campo base del Everest es estos días una metrópoli bulliciosa llena de aspirantes a subir a la cima del mundo. Decenas de tiendas de colores tiñen la ladera nevada de la montaña más alta de la tierra. Una ciudad en miniatura que ... no ha podido mantenerse al margen de la pandemia a pesar de las medidas de control impuestas por el gobierno de Nepal . Hace una semana saltaron las alarmas con los primeros casos confirmados. Contagios que no han cesado y que han creado una atmósfera incómoda entre los alpinistas y los trabajadores nepalíes que conviven estos días a la espera del ataque a cumbre.

La actividad cotidiana se entremezcla en las últimas horas con el ir y venir de los helicópteros que acuden a la llamada de las agencias para recoger a alguno de los clientes que han desarrollado síntomas. Evacuaciones que no constan en ninguna estadística , pues las autoridades del país prefieren mantener en secreto este asunto, pues hay mucho dinero en juego.

Tras haber pasado un año cerrado por el coronavirus , el campo base del Everest ha vuelto a retomar su actividad normal, lo que supone un alivio para Nepal y sus arcas públicas. Para el país, los ingresos procedentes del turismo de montaña suponen una parte importante de su riqueza y un brote de coronavirus en el corazón del Himalaya sería una puñalada para su economía. El departamento de turismo ha emitido 394 permisos para subir al techo del mundo. Récord histórico que ha permitido al país embolsarse varios millones de euros que no quieren tener que devolver.

Por eso, según reconocen varias fuentes consultadas por ABC, se ha optado por una política del silencio, azuzando a las agencias para aprovechar las primeras ventanas de buen tiempo y cumplir con el objetivo de ascenso antes de que estalle por los aires una situación que cada vez es más preocupante en el campo base. «No nos enteramos de mucho, porque estamos aislados, no preguntamos y las agencias tampoco cuentan mucho, pero está claro que no es normal cómo se vive aquí comparado con otros años. Nosotros hemos tomado precauciones y lo que intenta la gente es estar aislada», señala el español Álex Txikon , uno de esos habitantes del campo base en esta primavera de 2021, instalado allí desde hace solo unas horas y testigo directo de lo que está ocurriendo.

«Sí que van y vienen helicópteros, llevándose a gente que se supone que tiene síntomas, pero yo me entero más por lo que me cuenta la gente de fuera o lo que leo en los periódicos que por lo que se habla aquí, porque es un tema tabú », explica el alpinista vasco.

Con la montaña totalmente equipada ya con cuerdas fijas, es cuestión de horas que comiencen a llegar las primeras cumbres de la temporada. Un año que será especial en ese sentido, pues para evitar las aglomeraciones en la parte alta de la montaña, el gobierno de Nepal ha instaurado una política de turnos que destierren esas imágenes demoledoras de hace dos años. Habrá que ver si funciona en la práctica y si no hay que cerrar antes el campo base y obligar a todos a hacer las maletas. Riesgo que sobrevuela el ambiente y que amenaza, de nuevo, la temporada primaveral en el Himalaya .

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios