El abandono del líder acerca a Carlos Sainz a la cabeza del Dakar

Tras la salida los pilotos deben atravesarán el mayor desierto de la península arábiga e intentarán completar la mayor distancia hasta la hora fijada, las 16 horas. En ese momento deberán localizar el campamento más cercano entre los que ha designado la organización para dormir y trabajar en la reparación de sus vehículos.

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El reto es aún mayor por la limitación de ayudas. La asistencia será de un coche médico por campamento, un coche de la organización, una carpa, un saco de dormir, un kit de supervivencia y pastillas para encender un fuego. A las siete de la mañana del día siguiente, los pilotos reemprenderán la marcha hasta la meta, donde conocerán los resultados de la competencia y el suyo propio. No podrán hacerlo antes porque están prohibidos los móviles o cualquier sistema electrónico de localización.

En ese escenario la mítica carrera se ha cobrado su primera víctima deportivamente hablando, pues el líder de la categoría de coches, el saudí Yazeed Al-Rajhi, se ha visto obligado a abandonar tras un fuerte accidente en las dunas que dejó fuera de combate a su Toyota.

Con el abandono del saudí, que era una de las mayores esperanzas de Toyota de cara al triunfo final, Carlos Sainz se ha convertido en el líder provisional del Dakar al paso de los primeros cien kilómetros de la etapa.

Bastante ha tenido que ver en ello la apuesta del piloto español, que sacrificó la etapa del miércoles para no tener que ser de los primeros en abrir camino entre las dunas y exponerse a accidentes como el de Al-Rajhi.

En este tramo de la etapa el madrileño metía más de ocho minutos de diferencia a Nasser Al-Attiyah, lo que le aupaba a la cabeza de la clasificación general, aunque de momento solo de forma provisional.