El excéntrico jefe de Alberto Contador

A Tinkov no le convence la escasez de su equipo ciclista (dos triunfos este año, Contador en Andalucía y Sagan en la Tirreno), no le agrada que la televisión no enfoque a sus corredores en los puntos calientes de las etapas. No quiere pasar de puntillas por el ciclismo y, multimillonario por las tarjetas de crédito y el negocio de la cerveza, ha dejado sin director a Alberto Contador.

No hay muchos precedentes como él en el ciclismo, un deporte que se guía por sus usos y costumbres. Nadie echa a un mánager a mitad de año. Pepe Quiles, el antiguo patrón del Kelme, tenía algo de Tinkov, pero el resto no se mueve en esos parámetros.

Hoy Contador le parece un fenómeno al empresario ruso nacido en Siberia, pero no siempre fue así. Hace un par de años castigó duramente al español con declaraciones estilo Jesús Gil. «Su sueldo no se corresponde con su actuación. Mi opinión es que es demasiado rico y no tiene hambre. Tiene que trabajar más duro».

La sutileza no entra dentro de su ámbito de acción. Cuando habla, echa espuma por la boca. Contador se ha acostumbrado a su discurso vehemente y su lengua venenosa. Más de una vez ha comentado que cada cual es como es y que sus afirmaciones no afectarán a su rendimiento en la carretera.