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operación puerto

Lo que Lissavetzky no vio

Algunos ciclistas como Aitor Osa, Unai Osa o Mancebo se hacían pruebas en el CSD y se trataban con Eufemiano Fuentes

Lo que Lissavetzky no vio EFE

J. C. CARABIAS

La profusión refranera es prolija respecto a la capacidad humana de hacer dos cosas a la vez. Estar al plato y a las tajadas, nadar y guardar la ropa, leer y comer... Los descubrimientos que a diario ofrece el juicio de la operación Puerto desvelan ... que pactar con Dios y con el diablo es posible al mismo tiempo. Hubo quien, con suma habilidad de palabra y obra, estuvo en misa y repicando. Había ciclistas que jugaban a la doble moral. Por un lado, realizaban pruebas de esfuerzo en la sede de la «policía», el centro médico del Consejo Superior de Deportes (CSD) del que dependían los controles antidopaje, y por otro, se ponían en manos de su eminencia Eufemiano Fuentes para mayor gloria de la congeladora «siberia» y las bolsas de sangre. En el sumario de la macro-operación contra el dopaje figura esta documentación en paralelo de Unai Osa, Aitor Osa y Francisco Mancebo durante los años 2002, 2003, 2004 y 2005, además de 2006, cuando la Guardia Civil procedió a las detenciones. Todos eran usuarios de los servicios del Centro de Medicina del Deporte, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y clientes de Eufemiano, según los investigadores. Fue el detalle que escapó a la agudeza visual del anterior secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, bajo cuyo mandato se impulsó con valentía la operación Puerto.

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