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La traición de las élites
En los tiempos de hoy, a muchos les paraliza el ser tachados de racistas y nazis
Alain Finkielkraut en su despacho
El 21 de junio, el solsticio de verano, se celebra en Francia —y en otros países— la Fiesta de la Música con conciertos gratuitos, en la calle. En el año 2018, Macron acogió esa fiesta en el patio de honor del Palacio del Elíseo, con ... muchos invitados ilustres. Para demostrar lo modernos que eran, se eligió música electrónica y rap. Éste es un fragmento, con púdicos puntos suspensivos, de lo que allí se escuchó cantar: «Tías y hierba, estrictamente verde. / P…, no te sientes, por favor. / Estás cabreada porque me han chupado… y me han lamido… / Estoy con seis modelos, seis botellas de champán Cristal, / cuatro cenadores y hierba por todas partes. / ¡Baila, hijo de p…, baila!». Uno de los cantantes lucía una camiseta con este orgulloso rótulo: «Hijo de inmigrante, negro y maricón». (Lo cuenta Alain Finkielkraut en su libro 'La posliteratura').
Finkielkraut denuncia la rendición a los preceptos del 'pensamiento único': la cancelación...
A un adulto no le escandaliza hoy nada de esto pero sí puede hacerle sentir vergüenza ajena. Sobre todo, por lo peor: desde el presidente de la República abajo, ninguno de sus ilustres invitados, representantes de la alta política, sociedad y cultura francesa, mostraron el menor reparo a semejante manifestación 'artística'. Sin duda, les paralizaba el terror a ser tachados de antiguos, racistas, homófobos; quizá, fascistas o nazis.
En 1927, Julien Benda denunció 'La traición de los intelectuales' (los 'clercs'). Casi un siglo después, el polémico Alain Fienkelkraut denuncia la traición de las élites, que se han rendido a los intocables preceptos del 'pensamiento único': el progresismo, la cancelación, el antirracismo, el nuevo feminismo, la 'izquierditud', el lenguaje inclusivo, una ecología ciega, los falsos amigos de los animales… También nos ha llegado esto a España, degradado al nivel de algunos ministros.