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ABC Cultural

LIBROS

Libros de viajes, vigencia de una literatura nómada

Pese a la muerte que le anunciaron algunos críticos agoreros, el género de viajes está muy vivo. Nuevas fronteras se abren en el horizonte de un mapa clásico

Detalle de «Serpiente de mar» (1946), del pintor gallego Urbano Lugrís (La Coruña, 1908-Vigo, 1973

PILAR RUBIO REMIRO

Para hablar de literatura de viajes nada más propicio que recordar lo que a menudo decía Ryszard Kapuscinski , de que el sentido de la vida es atravesar fronteras . Un género tan versátil, tan maleable a la influencia de los tiempos como este, ... ha ganado en complejidad por el hecho de eliminar cualquier barrera entre géneros. Si lo tenemos presente habrá que hacer oídos sordos a la trompetería con la que algunos sentencian la muerte de la literatura de viajes porque, en realidad, está más viva que nunca desdiciendo una larga tradición agorera. Desde Evelyn Waught («No espero ver muchos libros de viajes en un futuro cercano») a Kingsley Amis («Is the travel book dead?», en «The Spectator», 17 de junio, 1955) o Susan Sontag , que diagnosticó el problema como terminal en 1984, declarando que la literatura de viajes se había convertido en «literatura de decepción».

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