LIBROS
Las elipsis poéticas de Saint-John Perse
Bajo el seudónimo de Saint-John Perse, Alexis Léger dejó una personal obra
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Iniciar sesiónComo Neruda y Lautrémont , Saint-John Perse es un seudónimo bajo el que el diplomático francés Alexis Léger, nacido en 1887 en una isla de las Antillas francesas y muerto en la Península de Giens en 1975, quiso poéticamente ocultarse para que ninguna de ... sus dos identidades influyera en -o anulara a- la otra. ¿Lo consiguió? No estamos muy seguros de ello, pero sí hay una cosa cierta: el joven al que le hubiera gustado estudiar geología y biología permaneció en su escritura más que el brillante diplomático, que desempeñó importantes cargos en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país, como director del gabinete de Berthelot siendo ministro Aristide Briand, de quien desde 1916 había sido su persona de confianza, y quien tras haber desempeñado un puesto de secretario en la embajada francesa en Pekín, el único al que sería destinado, le permitió no moverse de París entre 1921 y 1940, participar en la redacción de los Tratados de Locarno y asistir a la Conferencia de Múnich.
El novelista Juan Benet no le perdonó nunca que, siendo miembro del gabinete de Daladier, no apoyara a la República Española . Exiliado casi todo el resto de su vida -regresó a Francia en 1957- y dedicado a una rigurosa creación, tan singular como singularizada, por la que en 1960 se le concedió el Premio Nobel de Literatura, Alexis Léger dejó de existir para convertirse en Saint-John Perse para siempre. Traducido muy pronto a nuestra lengua, su poesía deja su influjo en el primer libro de Gimferrer, Mensaje del tetrarca , en Truenos y flautas en un templo de Antonio Colinas, que se abren ambos con una cita suya, y, sobre todo y más que en ningún otro poeta español de su tiempo, e n la obra de Álvarez Ortega, que no sólo lo tradujo sino que fue también quien más a fondo y con mayor aprovechamiento lo leyó.
Hombre temporal
Esta nueva versión tiene el doble mérito de contar con una exhaustiva presentación, una traducción en la que, sin sacrificar la literalidad, se prima la condición poética del texto, además de la inclusión, en un apéndice, de su discurso de recepción del Nobel, que, a diferencia de muchos otros, más convencionales, es una muy bien fundada síntesis de su pensamiento sobre la poesía en sus relaciones con la realidad. En él destaca el valor poético de toda creación espiritual, la similitud entre pensamiento discursivo y elipsis poética; explica cómo «lo real en el poema parece hacerse conocimiento él mismo»; trata el valor y función de la oscuridad, que tanto se le reprocha; y, como un nuevo Terencio, afirma que al poeta «nada del drama de su tiempo le es ajeno» y -coincidiendo en esto con Eliot - que «el verdadero drama de nuestro siglo» (se refería al XX, pero puede hacerse extensivo también a lo vivido del XXI)- «reside en la brecha que se agrava entre el hombre temporal y el hombre intemporal», precedido todo ello por esta observación metafísica: «nada hay entre lo vivo que proceda de la nada» ni nada tampoco que mantenga «forma ni medida bajo el incesante influjo del Ser».
Traducida por Rilke, Hofmannsthal, Ungaretti y Eliot, la poesía de Saint-John Perse posee una absoluta unidad de tono y de tema
Traducida por Rilke, Hofmannsthal, Ungaretti y Eliot, la poesía de Saint-John Perse posee una absoluta unidad de tono y de tema, que evoluciona, desde los amplios ritmos iniciales todavía bajo el influjo de las ideas métricas de Claudel, hacia una concepción personal del versículo, la estrofa y la narratividad.
Todo ello, aderezado por un conocimiento asumido de los clásicos -que trasparecen como intertextos- y una riqueza léxica, abundante en términos tomados de la botánica, la ornitología y la geología que hicieron exclamar al general de Gaulle, cuando lo leyó: «¿pero esto es francés?», porque no comprendía nada. Su poesía es un monumento por la amplitud de temas de que trata, el modo en que los reúne y la forma poética y lingüística que les sabe dar. Resulta muy difícil sustraerse a la atracción de sus encantos.
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