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ABC Cultural

Eduardo Lourenço: «Estamos experimentando el crepúsculo de las Luces como mito, y a escala planetaria»

El ensayista, autor del clásico «El laberinto de la saudade», para quien «heterodoxo» y «libre» son sinónimos, es el intelectual más lúcido y humilde de Portugal. El pasado viernes inauguró la Feria del Libro de Madrid, dedicada este año a su país

Eduardo Lourenço Corina Arranz
Alfonso Armada

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Eduardo Lourenço nació el 23 de mayo de 1923, es decir, hace 94 años, en São Pedro de Rio Seco, concejo de Almeida, distrito de Guarda, no lejos de la frontera con Salamanca. El jurado del premio Pessoa (antes había recibido la otra gran medalla ... de la lusofonía, el Camoes) justificó así su elección: «En un momento crítico de la historia y de la sociedad portuguesa, se vuelve imperioso y urgente prestar reconocimiento al ejemplo de una personalidad intelectual, cultural, ética y cívica que marcó el siglo XX portugués». Para Pedro Rosa Mendes, uno de los más brillantes periodistas portugueses, Lourenço es: «el mejor de todos nosotros». En su justificación, el jurado del Pessoa también se refirió a la «generosidad y modestia» de quien ha volcado tanta energía y lucidez en leer Europa y las letras portugueses. Lector y profesor durante 60 años en Saint-Paul-de-Vence, en plena Costa Azul francesa, a la personalidad paradójica de Fernando Pessoa quien, como Walt Whitman, contenía multitudes, entregó su vida . El escritor Guilherme d’Oliveira Martins, en un artículo en el que le calificaba de «interrogador de laberintos», decía que quien se sentiría más feliz de que le concedieran el Pessoa a Lourenço sería uno de sus más celebrados heterónimos, Alberto Caeiro, el autor de El guardador de rebaños. Aunque le empiezan a pesar los hombros, se mantiene erguido como un raro junco oriental, con buen apetito, dispuesto a tomarse un helado de vainilla o un chocolate con leche a las cinco de la tarde. Lourenço es la amabilidad personificada, un heterodoxo con el que caminar hacia el horizonte para encontrarse en el restaurante Martinho da Arcada, en la Baixa lisboeta, con las figuras que ha leído y le han leído: «Lo único que yo soy y he sido toda mi vida es un lector. Pero leído por aquello que leyó». Cree, con elegante pesadumbre que estamos experimentando es el crepúsculo de las Luces como mito: «Y eso además a una escala planetaria que desborda nuestra gran tradición, que viene de Grecia».

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