José Bretón pide a la dirección de la prisión que no le trasladen

Según las mismas fuentes, el recluso, condenado a 40 años de cárcel por el doble asesinato de sus hijos, habría mantenido este verano al menos dos encuentros con los responsables de la dirección de la cárcel cordobesa en los que, de viva voz, les habría solicitado que le mantuvieran en Córdoba «por motivos de vinculación familiar».

Preocupación de su madre

Argumenta José Bretón que sus lazos familiares se encuentran en la capital cordobesa y que un hipotético traslado a otro centro penitenciario supondría un importante trastorno para él y, sobre todo, para sus padres, que debido a sus avanzada edad no podrían desplazarse semanalmente a la prisión de Alcolea para estar al lado de su hijo.

El hipotético traslado de José Bretón era una de las cuestiones que más preocupaban a la madre del recluso, Antonia, que nada más conocerse el veredicto del jurado, y tal y como publicó ABC, habría comunicado, entre lágrimas, a sus vecinos: «Y ahora, ¿qué hacemos si se lo llevan a otra prisión?». De esta manera, el condenado por la muerte de Ruth y José habría atendido la petición de sus padres y reclamado a los responsables del centro penitenciario de Alcolea que le mantuvieran en Córdoba.

Pero no quedan ahí las peticiones del recluso. En esos encuentros con los responsables de la prisión cordobesa, y siempre según las fuentes consultadas, Bretón habría reclamado que le retiraran el protocolo antisuicidios con el que lleva desde que ingresó en prisión, el 21 de octubre de 2011, y que le obliga a estar permanentemente vigilado por varios presos-sombra.

Esta reclamación no es nueva, de hecho su abogado, José María Sánchez de Puerta, lo ha solicitado en varias ocasiones al juez de vigilancia penitenciaria alegando que su cliente sufre una situación de acoso porque le obligan a despertarse en medio de la noche y está permanentemente vigilado por otros reclusos.

Junto a la retirada del protocolo antisuicidios, Bretón se ratificó en su deseo de permanecer en el módulo de ingresos y no pasar a los de presos comunes, en donde teme ser agredido por otros reclusos. Según las fuentes consultadas, el condenado por la muerte de sus dos hijos se habría ofrecido incluso a desempeñar un trabajo en el módulo, de ordenanza, para evitar que le trasladasen.

Este deseo ya fue expresado por José Bretón nada más ser condenado cuando, en conversaciones con funcionarios les espetó: «No me trasladéis de módulo porque si me ocurre algo os cuesta el puesto».