Bretón: «Me parece increíble que hoy no sepamos dónde están mis hijos»

El presunto infanticida se declara «completamente inocente»y afirma que no ha incurrido en contradiccione

Bretón: «Me parece increíble que hoy no sepamos dónde están mis hijos» RAFAEL CARMONA

DAVINIA DELGADO

Tuvo cinco horas para pensar qué diría, cómo aprovecharía su último turno de palabra. Cuando llegó el momento, tomó el micrófono y, abandonando por un instante su impávido porte, señaló, vacilante: «Soy completamente inocente y me parece increíble que a día de hoy no sepamos ... dónde están mis hijos». Así se pronunció ayer José Bretón, procesado por el presunto infanticidio de sus vástagos el 8 de octubre de 2011, durante la sesión final del juicio que concluyó con la lectura de los informes finales de las partes. Ahora, el jurado deberá deliberar y decidir si ha quedado probado que el acusado asesinó a los menores y quemó sus cuerpos en la controvertida hoguera que hizo la tarde de autos en su finca de Las Quemadillas.

Además de insistir en su irresponsabilidad en la desaparición, el encausado dirigió unas palabras a la letrada de la acusación particular, María del Reposo Carrero. Los nervios no le dejaron expresarse con claridad y sólo acertó a decir que la abogada «no puede garantizar cada una de sus acusaciones».

El duro alegato de Carrero logró cambiar el semblante de Bretón que negó con la cabeza en varias ocasiones y apretó los labios en otras tantas, por lo que era previsible «que quisiera dar la puntilla», indicó la letrada.

Durante su exposición, la abogada de Ruth Ortiz, la madre de los dos hermanos, comenzó lamentando el «error» de la perito policial Josefina Lamas, que emitió un primer informe (que después rectificó) en el que aseguraba que los restos óseos hallados en la parcela de Los Bretón eran faunísticos. «La sinrazón de este caso reside en esa equivocación», manifestó Carrero. No obstante, puso el acento en la gran cantidad de pruebas contra el acusado «que ya estaban ahí antes de que se concluyese que los huesos eran humanos».

Parafraseando a Quevedo, la letrada señaló que «las mentiras del corazón comienzan desde la cara» y, desde su punto de vista, la actitud del procesado «ha sido la principal prueba de cargo. Jamás se ha mostrado como víctima y, por eso, ha sido descubierto». En este sentido, recordó las distintas «historias» que el inculpado ha relatado de los hechos «y sus contestaciones durante su declaración han sido todas capciosas».

Así, trajo a colación las incongruencias que se han «destapado» respecto de la versión que el supuesto filicida mantiene: «¿Cómo es posible que los niños se quedasen durmiendo en el coche tres horas sin comer? ¿Quién puede tener todos los elementos necesarios para hacer una hoguera cuando, según él, la idea de encenderla fue espontánea? ¿Y por qué elige el lugar más escondido de la finca, justo donde escapa a las miradas de los vecinos?», planteó Carrero al jurado. Y no paró ahí, sino que continuó lanzando preguntas: «Y, díganme, con su carácter metódico, algo que se ha puesto de manifiesto en esta vista, ¿quién puede creerse que dejase a sus hijos sin coger de la mano hasta llegar al Parque Cruz Conde? ¿Y cómo nos dice que el pequeño José era un perdigón y andaba solo perfectamente, cuando se ha probado aquí que no es así? Y otra cuestión, ¿por qué manipula su teléfono y hace un borrado masivo de llamadas?», dijo.

La conclusión de la representante legal de Ortiz fue contundente: «José Bretón es una persona con una maldad infinita, aunque a todos nos cueste aceptar que un padre pueda asesinar a sus hijos».

No podía dejar pasar la abogada el episodio del acusado con una antigua amiga, a la que llamó un día antes de ser detenido y sólo un minuto después de hablar con su exesposa. «Sorprende que tuviera tiempo de flirtear con esta mujer. Estaba preparando su coartada. Y también resulta más que llamativo que durante todo este tiempo, el acusado no haya mostrado sentimiento alguno de culpa o arrepentimiento, ni siquiera por perderlos, como él defiende. Sólo dijo en su momento que le tocó a él, como al que le toca la lotería», indicó Carrero.

Especial mención tuvo la prueba de los restos óseos, que centró el alegato de la acusación particular. «Lo fundamental de este caso es que los huesos de los niños aparecieron en la hoguera y no existe fisura alguna en la cadena de custodia. Todos los peritos que han declarado en el juicio aseguran que los restos recogidos en la fogata son los mismos que después se analizaron».

Sobre la imposibilidad de extraer ADN de los fragmentos calcinados, la letrada consideró que se trata de una prueba innecesaria «teniendo en cuenta el cúmulo de indicios que existen. Además, en octubre de 2011 no había ninguna denuncia más por la desaparición de dos niños, ¿alguien duda de que esos restos son de Ruth y de José?», señaló.

Para Reposo Carrero, el móvil de Bretón está claro: vengarse de su exmujer por haberlo abandonado. «Matar a sus hijos fue y será un placer permanente para el acusado porque sabe que Ruth estará sufriendo lo que le queda de vida».

En este sentido, apuntó que el progenitor «no actuó por un arrebato. Se fijó un objetivo, hacerle daño a su exesposa, ya que no podía perdonarle que lo hubiera dejado».

Finalmente, la abogada avanzó una de las preguntas que formarán parte del objeto del veredicto, que se consensuará hoy, después de que el magistrado presidente, Pedro Vela, se reúna con las partes. «Les plantearé si consideran que los huesos deben devolvérselos a la madre». Carrero ya solicitó antes de que comenzara la vista que los restos se entregasen a Ortiz y no fueran expuestos en el juicio, algo que, finalmente, no ha sucedido. Eso sí, los huesos estarán a su disposición hasta que emitan su veredicto.

Normalizando su conducta

Tras concluir su exposición le llegó el turno a José María Sánchez de Puerta, el abogado de Bretón. El letrado basó su informe en la veintena de puntos que constituyen el auto de hechos justiciables dictado por el magistrado Vela el pasado 15 de mayo. Su alegato terminó con un dardo intencionado hacia el jurado popular : «Es muy triste que un culpable esté en libertad, pero peor que un inocente entre en la cárcel», en alusión a su defendido.

El primer punto que trató fue el deterioro con la familia de Ruth Ortiz. «Aquí ha quedado claro que la que tomaba las decisiones importantes era ella. Ccuándo casarse, cuándo tener hijos y trasladarse a Huelva, pese a que mi cliente tenía trabajo en Córdoba. Aquí se pone de manifiesto la generosidad de mi patrocinado para con su mujer». El letrado añadió, además, que el matrimonio comenzó a ir mal por culpa de la familia de Ortiz. «Su hermana fue detenida y condenada por tráfico de drogas y su ahora excuñada trató de envenenar al pequeño José echándole ajo y sal en el biberón».

El letrado continuó recordando los días previos al de autos. «El fin de semana del 23 al 25 de septiembre de 2011, Ruth, que ya se había separado de José, temía por sus hijos, según dijo durante su declaración. Sin embargo, se los dejó a su exesposo, ¿cómo es posible? También se ha puesto aquí de manifiesto que mi cliente criticó a la madre de los niños durante el cumpleaños de la pequeña Ruth el 2 de octubre. Es normal que manifestase a sus amigos su malestar. No tenía trabajo, lo había dejado todo para ir a Huelva y, pese a ello, su mujer le abandonó. Su reacción fue la de una persona normal a la que le han hecho una faena», indicó Sánchez de Puerta.

El abogado dedicó una parte importante de su alegato a solicitar al jurado imparcialidad. «Aquí se han hecho muchas suposiciones y apreciaciones subjetivas que son indemostrables. Solicito a los miembros del jurado que se centren en los hechos que aquí se han juzgado y huyan de los juicios paralelos que ya se han hecho». En este sentido, lamentó que su cliente «ya está condenado» de antemano por el tratamiento que se ha dado al caso en algunos medios. «Lo único que se ha hecho ha sido satanizarlo», dijo.

Igualmente, Sánchez de Puerta habló de la cadena de custodia, principal argumento en el que basó su alegato. Tras denunciar que los vestigios hallados y los analizados por los peritos no son los mismos, expresó su sorpresa sobre el hecho de que Josefina Lamas se «equivocase, que no acertase a identificar correctamente ni uno de los 142 fragmentos óseos».

Sobre la controvertida afirmación de la perito que escuchó que los huesos «se fueron de copas», en referencia a que se sacaron de la Comisaría y se mostraron al doctor Francisco Etxeberria sin la preceptiva autorización, la defensa apuntó que «si es cierto, se ha roto la cadena de custodia, lo que también se reafirma con las manifestaciones de la perito de que la hoguera fue removida» por agentes.

El letrado también cuestionó el expediente sancionador que se abrió a Lamas, «que debería haber acarreado su despido inminente y, sin embargo, se ha archivado». Así, insinuó que la Policía pudo inventar esta argucia para silenciar a la opinión pública.

En su alegato final criticó que muchas de las afirmaciones que señalan a Bretón como culpable están basadas en meras «suposiciones». Citó la hoguera, las imágenes de las cámaras de la Ciudad de los Niños o el estudio del móvil. Y concluyó: «Puestos a elucubrar podríamos pensar que los niños murieron de un golpe de calor o que José se los dio a una tercera persona tras administrarle pastillas», dijo.

Bretón: «Me parece increíble que hoy no sepamos dónde están mis hijos»

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios