El flamenco intenta anidar en la laguna de Pozuelo

En 2010 hizo un intento como consecuencia del incremento del encharcamiento del vaso lagunar de este antiguo espacio volcánico único en Europa pero muy común en el Campo de Calatrava.

Al igual que hace tres años, las elevadas precipitaciones, que en este pasado mes de marzo fueron históricas, han atraído a un buen número de aves acuáticas tanto en invierno como ahora en primavera.

Sobre todo ellas, se erige por su vistosidad y por el importante valor ecológico: el flamenco. Por entonces, la presencia del número de parejas fue importante, en especial -aunque sólo fue unos días de octubre de 2010- cuando se llegaron a contabilizar hasta 1.000 ejemplares, según cuantificó el técnico medioambiental de este espacio natural, Luis Antonio Muñoz.

Ya en estos días el número de flamencos asciende a «300 unidades». Pero lo importante es que ya «se han visto varios huevos en las orillas», señal de que este ave intenta criar, cuando lo normal, según Muñoz, es que los flamencos «acudan a este espacio lagunar atraídos por el alto grado de nutrientes de sus aguas salinas».

José Manuel Triguero, biólogo ambiental y que desde años realiza un seguimiento detallado a esta laguna de génesis volcánica, corrobora el intento de reproducción del flamenco en las aguas someras de la «Inesperada».

«Ya se han visto varios huevos, incluso algunos del año pasado», advierte Triguero. Pero, sin embargo, «hay que esperar si finalmente esta especie se decide por esta laguna» que el verano pasado se secó, como es, por otra parte, natural en este tipo de humedales del Campo de Calatrava.

El flamenco rosa, de origen europeo, comenzó a poblar en el mes de febrero, según Triguero, este humedal de aguas «hipersalinas». «Todavía faltan por llegar un mayor número de ejemplares durante el mes de abril», apunta el biólogo, quien aclara que dependerá del nivel de agua que acumule la laguna que, al parecer, «la mantendrá durante todo el verano».

Triguero explica que el color rosado intenso de los flamencos denota que los ejemplares están «bien alimentados» debido a que los nutrientes que encuentran en la «Inesperada», gracias a las características litológicas del terreno, son «de un gran valor nutricional».

Este biólogo insiste en que las aves acuáticas asociadas a este humedal eligen la «Inesperada» por las características salinas de sus aguas que hacen posible que aparezcan una serie de taxones especializados en el aprovechamiento de ambientes salinos, que no aparecen o lo hacen en menor número en el resto de lagunas calatravas.

Incluida en la lista del convenio Ramsar de Humedales de Importancia Internacional e integrante de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, este espacio natural se ha convertido en uno los refugios más importantes de la región de aves acuáticas en estos últimos años lluviosos.

Así, Triguero subraya que parte de su interés reside también en ser un refugio de tránsito de aves migratorias como son: la cerceta carretona, la aguja colinegra, el andarríos bastardo, el archibebe común y distintas especies de correlimos. Y con menos frecuencia, se detectan zampullín cuellinegro y cerceta pardilla.

Triguero destaca, además, otro tipo de especies de este refugio de aves como son la cigüeñuela, la avoceta, la gaviota reidora, el chorlitejo patinegro,el chorlitejo chico y el charrancito.

Durante la invernada, la laguna de Pozuelo acoge a un número relevante de anátidas de superficie como pato cuchara, cerceta común, pato colorado, porrón europeo, ánade azulón, ánade silbón y ánade rabudo.

La del Prado, como el resto de los complejos lagunares del centro de la provincia, es de carácter endorreico pues se nutre principalmente tanto del agua de lluvia directa como las recogidas por escorrentía en su cuenca, y no de acuíferos o ríos como ocurre, por ejemplo, en las Tablas de Daimiel.

En estos momentos -y no es la primera vez-, recibe desde hace quince días el agua depurada de la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) de la localidad, al no poder verter al río Jabalón debido a problemas constantes de bombeo.

Curiosamente, la Laguna del Prado también fue conocida en su pasado por las propiedades físico-químicas de sus aguas, con alto contenido en sales y su ph muy alcalino, que fueron aprovechadas como aguas medicinales, siendo «embotellada y vendida como ‘Aguas La Inesperada’», aclara José Manuel Triguero.

El flamenco suele anidar en las orillas de los humedales para edificar nidos de entre 20 y 30 centímetros para en la parte alta dejarla cónvcava con el fin de colocar el único huevo que ponen. A los 30 días, explosionan y sale el polluelo, que durante diez días permanecerá en el nido alimentado de una sustancia lechosa que le proporcionan los progenitores a través del tacto superior digestivo mediante el pico. A los diez días, la cría se reúnen con el resto de polluelos que son supervisados, a modo de guardería, por varios adultos.

Tras dos o tres meses de vida, los flamencos comienzan a volar y a buscar sus propios nutrientes. Esta especie se alimentan al igual que las ballenas. Su modo de ingerir es por filtración. Tragan el agua y mediante filtración por el pico expulsan lo que le sobra del limo (lodo) para quedarse con insectos, algas y moluscos.

El flamenco es de las pocas especies monógamas que se aparean con un único ejemplar. El cortejo lo hacen retirándose hacia atrás batiendo las alas y después se inclinan ante su pareja. Suelen medir entre 80 y 140 centímetros y pesan alrededor de 3 kilos. Pueden llegar a vivir hasta 50 años. Hasta los tres años, no consiguen ese color rosa.