La CUP exige a Mas que rompa con el Estado antes de darle apoyo

« No queremos cargos ni privilegios, esto no va de nombres y de siglas , no aspiramos a reproducirnos como estructura política», han dicho los dirigentes de la CUP durante su conferencia política celebrada en Barcelona. Apuestan por un gobierno colectivo «en el que no sobra nadie».

El cónclave ha levantado una gran expectación debido al «silencio comunicativo» que la CUP ha mantenido durante esta última semana. Todas las miradas están puestas en esta formación secesionista y antisistema, cuyos votos son necesarios para que el presidente Artur Mas revalide la presidencia e impulse su hoja de ruta independentista. Al acto ha asistido el cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva.

Baños ha dicho que la construcción de una república catalana no puede ser simplemente un cambio de bandera. «La nueva república solo tiene como aliados a la propia gente», ha dicho. Asegura que la próxima legislatura, «no será normal, sino una asamblea constituyente en el que participen todas las personas, no deja a nadie fuera. La nueva república no será una miniEspaña ». Ha explicado que la Constitución catalana «no será solo un papel, será un motor de alteración política horizontal».

Bajo el lema «Para gobernarnos, luchemos por la república», los dirigentes de la CUP han hecho una intervención coral en la que se han referido a la «presión» sufrida estos días. Han advertido de que la etapa que se abre ahora ya no es autonómica, sino de construcción de una república catalana independiente. «Ruptura democrática, proceso constituyente y plan de choque contra las desigualdades sociales; disculpad las molestias, estamos construyendo el gobierno de la república catalana», ha dicho en la presentación del acto Anna Gabriel, que formado tándem con Antonio Baños en las elecciones del 27 de septiembre.

Han abogado por la unilateralidad y por continuar sumando para «estar más legitimidos». Se niegan a negociar un Gobierno autonómico con criterios de partido . «La CUP actuará con generosidad y altura de miras».

Apuestan por la ruptura de la legalidad «heredada del franquismo» , aunque no aclaran si se hará con «microrupturas» o con una gran ruptura, lo que «debe hacerse antes de nombrar a un nuevo presidente». De lo contrario, han dicho, se puede entorpecer el proceso desde arriba. Por ello, piden un punto de no retorno que pase por no obedecer las sentencias del Tribunal Constitucional. Por ello, proponen una declaración explícita de «incompetencia» del Alto Tribunal.

Han subrayado su plan de choque contra la desigualdad social, contrario a las privatizaciones y que contempla destinar recursos necesarios. Se trata de 39 medidas «urgentes e ineludibles» que consideran fuera de cualquier tipo de negociación política.

«No somos el relleno de una operación de pacto con el Estado ni de acuerdo con las elites. Estamos aquí para cambiarlo todo. Las negociaciones de verdad están en la calle».