tribuna abierta
Prensa libre o nada
Reiteradamente se han hecho denuncias públicas por la dictadura lingüística impuesta en los medios de comunicación catalanes
carina mejías
Hace unos meses teníamos noticia que el Consejo audiovisual de Cataluña había realizado un informe, a petición del gobierno, sobre las opiniones vertidas por políticos y periodistas que participaban en las tertulias televisivas nacionales, considerando que sus expresiones contrarias a los miembros del gobierno o ... colectivos que defienden la independencia de Cataluña eran excesivas y que su actitud era del todo reprobable. El informe del CAC, además de excederse en sus competencias, era una amenaza a la libertad de expresión y un intento de silenciar a los que discrepan.
Hay que recordar que, reiteradamente se han hecho denuncias públicas por la dictadura lingüística impuesta en los medios de comunicación catalanes, por la falta de pluralidad ideológica que expresan los editoriales únicos, y por los polémicos contenidos de algunos de sus programas que de forma manifiesta fomentan el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacionalidad u opinión de quienes resultan incómodos al régimen, y no han sido nunca objeto de informe, ni tan siquiera de un mínimo interés por los órganos censores, o sea el CAC.
Ayer trascendió que el gobierno catalán ha encargado un informe para clasificar y evaluar la ideología política de los periodistas de diversos medios a los que clasifica en independentistas, federalistas, españolistas o sin identificar. Según ese criterio, los periodistas podrían ser discriminados según su mayor o menor afección al régimen.
Pero si ese informe era alarmante, hoy, hemos tenido noticia que el gobierno catalán ha impulsado una ley que, bajo la excusa de la transparencia, prohíbe la cláusula de confidencialidad que deja sin efecto, ese principio ético por el que un periodista no está obligado a revelar sus fuentes. Una amenaza para la libertad de prensa ya que, con un instrumento como éste, el gobierno catalán tiene en sus manos el control y la censura de los medios de comunicación ya que muchas informaciones no se publicaran por temor a tener que revelar su origen. Ya lo decía el clásico: Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será nada”.
Carina Mejías es portavoz de Ciutadans en el Parlament.
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