La edad de oro de las tertulias políticas en televisión

TVE fue pionera en emitir un debate político. «59 segundos» comenzó en 2004 con el objetivo de devolver el género al medio. Aunque la cadena pública había tenido precedentes como «La clave», hacía tiempo que estos programas no ocupaban espacio en su parrilla. Producido por Globomedia, «59 segundos» dejó de emitirse en 2012 para dejar paso a «El Debate de La 1». Oriol Nolis se encarga de conducir este espacio de análisis político, social y económico, en el que distintos tertulianos analizan de forma tranquila, respetando el turno de palabra del resto de invitados. «El programa ofrece la posibilidad de escuchar las explicaciones de un político de manera sosegada», explica Nolis. Sobre la influencia que ejercen las tertulias políticas televisivas, no cree «que el formato marque y cambie las ideas políticas de los espectadores, sino que ayuda a matizar las opiniones».

La línea de «El Debate de La 1» está en consonancia con los otros dos espacios similares del ente público, «Los desayunos de TVE», presentado por María Casado en La 1, y «La Noche en 24H», conducido por Sergio Martín. Al igual que Nolis, que cuenta que hay tertulias que fueron herederas de los «show del corazón», Martín opina que existen dos formatos de debate político, «el que se acerca a la gente por su lenguaje y el que pontifica desde el púlpito». «En “La Noche” hacemos todos los días una mesa plural y diversa donde los tertulianos son libres en sus opiniones, pero respetándose entre ellos», explica, aunque admite que de cara a la segunda temporada deben mejorar la paridad entre hombres y mujeres en sus tertulianos, algo que «reclama la audiencia».

«A raíz de la crisis económica, la gente comenzó a demandar una explicación de lo que estaba ocurriendo», comenta Belén García, directora del magacín de Antena 3 «Espejo público». «La tertulia política es la sección que más caché da a un programa». La cadena de Atresmedia ha apostado por introducir este género en su parrilla matutina. El espacio presentado por Susanna Griso compite cada mañana con «El programa de Ana Rosa», de Telecinco. Ana Rosa Quintana, su presentadora, presume de tener la sección de análisis político líder en su franja, que «se ha convertido en referente informativo porque en la tertulia tiene cabida todo el mundo, con libertad para decir lo que quieran».

No falta quien alerta del peligro de que los debates copien algunas características del periodismo deportivo, donde es habitual ver a los invitados gritar y no respetar el turno de palabra, como apuntan desde el Laboratorio de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). «Si este género se avería, todos los demás van a tener problemas parecidos», asegura Fernando González Urbaneja, expresidente de la APM. En relación a estas críticas, Ana Rosa Quintana comenta que en los magacines se «distingue muy bien lo que es política y lo que es entretenimiento». «A mí el espectáculo me divierte; en la vida tú puedes escuchar a Mozart y leer el “Hola”», añade.

César González Antón, director de informativos y deportes de La Sexta , opina en la misma línea: «Las tertulias no son un género de entretenimiento, sino programas periodísticos donde la gente se forma una opinión y genera argumentos». La cadena de Atresmedia es la que más ha apostado por el género al introducir en su parrilla dos debates diarios: «Al rojo vivo», con Antonio García Ferreras, y «Más vale tarde», conducido por Mamen Mendizábal, además del semanal «La Sexta Noche», de Iñaki López. «La gente quiere entender qué es lo que está pasando y quiénes son los culpables», comenta González Antón. «En 2007, cada vez que introducías en la parrilla o en los informativos algún espacio dedicado al análisis político, bajaba la audiencia. Desde el inicio de la crisis, hay más interés por el mundo de la política».

Una de las muestras de la influencia ejercida por la aparición de las tertulias políticas en televisión es el fenómeno Podemos, partido que en las elecciones europeas consiguió más de un millón de votos. «Cualquier experto que afirme que su éxito se limita a la aparición en los debates y no a la situación política es un poco ridículo», comenta González Antón. En el mismo sentido, Belén García, directora de «Espejo público», dice que «otros políticos también han asistido a las tertulias y no han sacado ese resultado, por lo que ha habido igualdad para todos».

Por el contrario, el presentador de «La Noche en 24H», Sergio Martín, está convencido de que «cuando apareces sistemáticamente en televisión, se multiplica de manera exponencial tu popularidad». Por eso hay partidos, explica, que han hecho «un trabajo de comunicación muy bueno, con poco dinero, y han entendido algo que dicen los sociólogos y que los partidos tradicionales no han manejado nunca».

Jesús Cintora, presentador de «Las mañanas de Cuatro», comenta que «probablemente este resultado electoral haya hecho reflexionar a distintos dirigentes políticos, que ahora piensen que quizás tienen que tener mayor presencia en televisión». En la cadena de Mediaset, en todo caso, intentan no aproximarse demasiado ideológicamente a La Sexta. Sus responsables han explicado que prefieren mantener cierta neutralidad aunque eso les pueda costar algo de audiencia. El director de Informativos de La Sexta sí define su cadena como «progresista», aunque asegura que invitan a tertulianos de todas las tendencias.

Antonio Jiménez, presentador de «El Cascabel» de 13tv, también admite que sus espectadores «se sienten muy identificados con su línea editorial de centro-derecha». Junto con el programa diario «Más claro agua» de Isabel Durán y el dominical de Carlos Cuesta «La marimorena», son los tres espacios con más audiencia del canal. «La tertulia es una forma de reafirmar las opiniones del público. Los televidentes escogen la tertulia en función de su ideología», asegura Jiménez.