¿Qué no gusta de la futura norma del ibérico?

El borrador para modificar la norma que regula el sector del porcino ibérico ha levantado ampollas en el sector. La Junta se ha reunido con empresarios y sindicatos agrarios para llevar una postura común frente al documento del Ministerio de Agricultura. ¿Pero qué es lo que no gusta? Aquí están las claves:

1) Las categorías: Creen que la división propuesta por el Ministerio en cuanto a las categorías: ibérico puro de bellota, ibérico extensivo de bellota e ibérico extensivo de cebo «confundirá» al consumidor. De esta forma, dicen, se elebará al «ibérico puro» a un estatus superior al resto, mientras que el «ibérico cruzado de bellota» sigue siendo de igual calidad.

2) Alimentación: La nueva norma permitirá que, por circunstancias meteorológicas adversas, los animales de ibérico puro puedan alimentarse de otra materia que no sea bellota. Un «sinsentido» para el sector.

3) Libro geneálogico: Según el borrador se exigirá inscribir a todos los reproductores, hembras y machos, sean de raza ibérica o duroc, que estén inscritos en un libro genealógico y se justifique el factor racial mediante un «certificado oficial» emitido por la correspondiente asociación. Los ganaderos creen que esto no es algo primordial y les supondrá un alto coste económico.

4) Superficie mínima de suelo libre: El Ministerio propone que los animales de producción de más de 115 kilos de peso vivo que den origen a productos con denominación «ibérico de cebo intensivo» deben disponer de una superficie mínima de dos metros cuadrados en su fase de cebo. En la actual normativa debe ser al menos de un metro cuadrado.

Pese a estas «líneas rojas», el sector está completamente de acuerdo en reforzar de forma significativa los controles de la norma vigente . Así, entre otras iniciativas considera necesario contar con elementos normativos como la figura de la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.), que puede permitir una mayor protección y promoción de los productos ibéricos de la dehesa.

Además, proponen que se simplifique al «máximo» las designaciones de producto , reduciéndolas en función de su tipo de alimentación y manejo a tres: de bellota, de cebo y de campo; y en función de la raza a dos: ibérico e ibérico puro.