ávila
Prohibido no tocar
Una exposición de billetes tridimensionales que invita al visitante a descubrirlos mediante el tacto

Por lo general, el sentido más usado al visitar una exposición es la vista. Sin embargo, en la muestra «Billetes tridimensionales: arte numismático sin barreras» el tacto se convierte en el protagonista. Pensada de manera especial para personas invidentes o con alguna discapacidad visual, esta colección de billetes invita a todos aquellos que la vean en la Casa de las Carnicerías de Ávila a colocarse unas gafas opacas para descubrirla con los dedos.
La muestra es fruto de la colaboración entre BBVA y el Ayuntamiento de Ávila, y a lo largo del año 2012 se expone en 23 oficinas de la entidad financiera de Galicia, Asturias y Castilla y León, según informa Ical. La exposición que se inauguró hoy en la capital abulense se compone de 20 billetes que repasan el arte numismático a lo largo de todo un siglo, desde el de 50 pesetas emitido en 1874 hasta el de 10.000 del año 1985.
La finalidad es que el visitante sea capaz de percibir mediante el tacto las formas y detalles sensoriales resaltados en el diseño en tres dimensiones. Números, contornos, edificios históricos y los rostros de los personajes que ilustraron cada uno de los billetes, como el del pintor Francisco de Goya, que fue el protagonista del de 100 pesetas emitido en 1886. También Velázquez aparece en el de 50 pesetas del año 1928 e Ignacio Zuloaga ilustra el de 500 pesetas emitido en 1954.
La colección muestra billetes emitidos durante los años de la Guerra Civil, como el de 10 pesetas de la Generalitat de Cataluña de 1936 y los de 1 y 2 pesetas de la República Española de los años 1937 y 1938. La imagen de los Reyes Católicos se grabó sobre un billete de 1.000 pesetas que data de 1957 y otro monarca, Carlos III, tuvo el honor de protagonizar el de 5.000 pesetas de 1976.
Para los que asistieron a los últimos años de vida de la peseta, quizá les resulte más fácil reconocer la figura de Juan Ramón Jiménez en el billete rojo de 2.000 pesetas. Hacerlo sólo sirviéndose de los dedos es todo un reto porque por muy familiarizado que se esté con la imagen de Juan Carlos I y por muy bien que se recuerde la de un jovencísimo príncipe de Asturias, palparlo y adivinar que se toca el billete de 10.000 pesetas es otra historia
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