tour de francia
Wiggins, el campeón «mod»
El británico es aficionado a The Who, Joy Division y a Oasis. Para ganar el Tour, tuvo que dejar atras su éxito en la pista y su adicción al alcohol
ignacio bolea
Fuera de su país, Bradley Wiggins no es un líder muy carismático. Su timidez hace que no sean muy conocidos algunos detalles que probablemente lo convertirían en el corredor favorito de algunos de los aficionados más jóvenes. Como revelan sus características patillas, es ... un destacado seguidor del movimiento «mod» y aficionado a grupos como «The Who», «The Jam», «Joy Division» y «Oasis». Otras peculiaridades personales son que suele lucir símbolos de la RAF, la fuerza aérea inglesa, y que posee una Vespa y una Lambretta. Además, es también promotor de una línea de ropa a imitación del estilo de su admirado Fred Perry.
Su biografía también revela varios detalles interesantes. Empezando por su nacimiento, pues resulta que el primer corredor inglés en ganar el Tour nació en Gante (Bélgica), el 28 de Abril de 1980. La pasión por el ciclismo le venía ya en los genes, pues su padre, Garet, era un corredor de pista australiano. Aunque el pequeño Bradley apenas llegó a conocerlo, pues en las Navidades de 1982, cuando tenía solo 2 años, su madre decidió huir con él rumbo a Inglaterra para escapar de los problemas provocados por el alcoholismo de su progenitor.
La infancia del joven Wiggins transcurrió en Mildred, un conflictivo barrio obrero del noroeste de Londres. Él y su madre vivían cerca de Dildin House, un monumental edificio de 208 apartamentos. Su abuelo, que vivía en un piso vecino, tuvo que ser el que ejerciera el papel de figura paterna. De esta época le viene también a Bradley su atracción por el movimiento «mod» y sus gustos musicales .
Cuando contaba con tan solo 12 años, quedó impresionado al ver el triunfo de Chris Boardman en los Juegos Olímpicos de Barcelona. A partir de ese momento, decidiría dedicarse de manera cada vez más profesional al ciclismo. Pese a la oposición de su madre, que recelaba del precedente paterno, Wiggins fue obteniendo numerosos éxitos en categorías junior. Su ídolo, aparte del mencionado Boardman, fue un Miguel Induráin que por aquel entonces establecía su dominio en el Tour y del que el británico copiaría el estilo.
Su paso a la competición profesional fue igualmente afortunado. Especializado en el ciclismo en pista, consiguió su primera medalla de bronce en Sidney 2000. Sus éxitos olímpicos seguirían en Atenas (1 oro, 1 plata y 1 bronce) y Pekín (2 oros). Pese a estos brillantes resultados Wiggins sufrió problemas económicos y, al igual que su padre, comenzó a tener serios problemas con el alcohol .
Tras la senda de Induráin
Cuando más sumido en el alcoholismo se encontraba, Wiggins quedó impactado por la muerte de su padre tras una noche de borrachera en la que recibió dos palizas. Aunque se había separado muy pronto de su hijo, Garet conservaba los recortes de periódico de todas sus victorias. Este acontecimiento, unido al apoyo de su mujer y el nacimiento de su primer hijo, le hicieron dejar la bebida. Se entrenó más a menudo, adelgazó y perdió once kilos. En 2009, Wiggins sorprendió a propios y extraños al finalizar el Tour de Francia en cuarta posición. Ese año vio que podía emular a su ídolo Induráin y ganar la carrera francesa . Este triunfo se convirtió en su nueva obsesión.
Para ello contó con la inestimable ayuda de Dave Brailsford, el cerebro detrás de los éxitos olímpicos de Gran Bretaña en el ciclismo en pista y que pretendía utilizar las más avanzadas tecnologías para el ciclismo en carretera. Brailsford no dudó en pagar 3 millones para que Wiggins liderara al nuevo equipo británico que estaba creando, el Sky.
Su primer asalto serio al Tour fue un fracaso. Lejos de los mejores, en la edición de 2010 no consiguió acabar ni entre los diez primeros. Un año después, su victoria en la Dauphiné Liberé le convertía en uno de los favoritos al podio de París, pero tuvo que abandonar tras una caída la primera semana. Terminó la temporada siendo tercero en la Vuelta a España y segundo en el Mundial Contrarreloj.
2012 ha sido su año. El británico llegaba a la ronda gala como favorito indiscutible tras haber ganado la París-Niza, la Dauphiné Liberé y el Tour de Romandía. Esta vez ha hecho buenos los pronósticos. Tras cruzar la meta de los Campos Elíseos, Wiggins cumplió el sueño que ha guiado sus últimos tres años de vida. Una victoria en el Tour que añadir a sus siete medallas olímpicas . A la espera de lo que haga en Londres.
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