Conductas imprescindibles

Cuando la diputada regional del Partido Popular Carmen Riolobos se pone los brazos en jarra y el gesto adusto, no cabe duda que por su boca saldrá un aluvión de críticas a la gestión de los socialistas. Como peso fuerte que es del partido en la provincia toledana, se conoce al dedillo todo lo que tenga que ver con problemas de actuación de sus opositores, y cuando llega el momento sacude la badana a conciencia para intentar dejar por los suelos la andadura del anterior gobierno de la región.

Ahora mismo acusa de «indecente» y de «escandaloso» el despilfarro en coches de lujo para los ejecutivos del PSOE, y aprovecha el tirón para incidir en desorbitadas facturas telefónicas de cerca de medio millón de euros al mes, de móviles de última generación que se repartían a diestro y siniestro.

Si Carmen Riolobos lo confirma, pues tendrá razón en lo que transmite, aunque para algunos tanta elevación de incordios puede aportar exageración que viene a cuento en una campaña electoral donde a los de la otra orilla «ni agua».

En toda interpretación política existen cargos que se manejan bien con la oratoria y la talaverana Riolobos tiene prestigio a favor en la hora y momento de salir a la palestra para poner todo tipo de zancadillas al pasado y presente de los que no piensan como ella y los suyos; y como además aporta credibilidad a sus comportamientos, pues nada mejor para derribar imágenes por muy asentadas que se encuentren.

Y cumpliendo con la obligación, suma y suma para dejar bien claro que lo defectuoso es malo y si es posible, malísimo. Su conducta es imprescindible en el PP y por ello la remiten como candidata al Senado.