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El reverso del caso Contador

Ezequiel Mosquera sigue parado, invisible y sin sanción un año después de su positivo por hydroxyethyl

El reverso del caso Contador AFP

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS

Un año atrás el ciclismo renovó su visita periódica al lodazal. Por una de esas coincidencias que nunca son casualidad, se conocieron en un tramo de menos de diez horas los positivos de Alberto Contador y Ezequiel Mosquera . El campeón del Tour de Francia comenzó a escalar entonces el puerto con más desnivel de su vida. Sobre sus andanzas y litigios frente a cinco picogramos de clembuterol han opinado expertos científicos, el presidente del Gobierno y el previsible primer mandatario del país. Contador ha gastado tiempo, mucho dinero y reserva de energías por encauzar su inocencia , que está pendiente de resolución en el Tribunal de Arbitraje del deporte (TAS) los próximos 21 al 24 de octubre. En el contraste del espejo, Ezequiel Mosquera sigue parado, invisible y sin sanción , en el limbo de los justos.

Hace doce meses que el veterano gallego de 35 años escuchó por la radio su nombre y apellidos como turbio pasajero de un nuevo episodio de dopaje en el ciclismo. Positivo por hydroxyethyl , un sustituto del plasma que incrementa el flujo sanguíneo y que permite a los glóbulos rojos transportar más oxígeno a los músculos. El viejo teorema de los deportes de resistencia. Una sustancia prohibida si se inyecta en el organismo, pero permitida si se toma por vía oral .

Mosquera había enardecido a los seguidores del ciclismo en la Vuelta a España en un abnegado pulso frente a Vicenzo Nibali, el ganador, que tuvo su momento culminante en la espeluznante subida a la Bola del Mundo en Navacerrada. Gracias a esos días de septiembre y a su segundo puesto en la general, Mosquera había sellado el contrato de su vida : algo menos de 300.000 euros brutos en el Vacansoleil holandés. Con 35 años y después de una recóndita carrera en Portugal y Galicia en equipos de segunda, había tocado la felicidad. Once días después, el positivo, el regreso a la tormentosa realidad de su deporte.

Comenzó entonces un ejercicio burocrático en los que suelen enfangarse los casos de positivos ciclistas. La Unión Ciclista Internacional (UCI) mantuvo el expediente en conserva hasta la siguiente primavera . En abril envió la documentación a la federación española después de someter a mil y una pruebas al hydroxyethyl. Wilhelm Schänzer, el director jefe del laboratorio de Colonia, el que detectó el positivo, experimentó la sustancia en tres personas. A dos les inyectó hydroxyethyl y ambas dieron resultado positivo en el control. La que ingirió la sustancia por vía oral dio negativo.

Daan Luijkx, el director del Vacansoleil, se puso en contacto con la UCI para saber a qué atenerse. El ciclista gallego no estaba suspendido ni apercibido y, por tanto, podía competir . Pero este deporte sigue manejándose a través de sobreentendidos y tratos de palabra. La UCI recomendó al conjunto holandés que no lo alinease para evitar complicaciones.

Burocracia hasta abril

El expediente llegó el 28 de abril a la federación española, el único organismo con capacidad legal para sancionar. Un retruécano absurdo, como tantos otros. La UCI detecta el positivo a través del laboratorio estrella de Colonia, pero entrega la patata caliente a la federación española para que castigue. Y el asunto pasó a manos del mismo sanedrín que ha juzgado el asunto Contador . La misma instructora, Carmen Victoria López, el mismo asesor legal, Luis Sanz, y el mismo presidente del Comité de Competición, Fernando Uruburu.

Los mismos plazos, problemas parecidos, pero diferente foco. De Contador se conoce cada paso. De Mosquera, nada.

Juan Carlos Castaño, presidente de la Federación Española de Ciclismo, considera que no hay ninguna anomalía en el trato burocrático que se le ha otorgado al ciclista gallego. «Está siguiendo el proceso normal de cualquier expediente. Se ha retrasado como consecuencia de la actuación de la UCI, que nos dio traslado a finales de abril. Y también por la estrategia de defensa que ha seguido el ciclista, que ha alargado los plazos», aseguró ayer a ABC.

Mosquera no ha debutado con el Vacansoleil y su salario, clase media con posibles dentro del pelotón, permanece congelado. Su defensa se basa en que ingirió hydroxyethyl por vía oral. Y mientras, consume horas y días en Cacheiras (La Coruña), a la espera de la propuesta de sanción de la Federación un año después.

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