Más de 5.000 empresas constructoras han desaparecido desde 2007
La crisis se ha llevado por medio a más de 50% de su recursos humanos. El sector teme, además, que se invierta aún menos desde las administraciones

En pleno periodo de efervescencia informativa, en el que se desglosan presuntos brotes de recuperación así como nuevos y camaleónicos baremos negativos —casi sin tregua—, el sector de la construcción canaria quiso ayer hacer balance de los ratios cosechados por el ladrillo desde 2007 en las Islas. Un periodo que se resume nítidamente con un dato más que demoledor: más 5.400 empresas se han perdido en el camino a causa de la crisis.
Con la idea de remontar los guarismos con los mismos recursos que nos llevaron al «milagro» y —también— al lastre financiero del Archipiélago (por la ultradepedencia de la construcción y el turismo), la Asociación de Empresarios, Constructores y Promotores de Las Palmas (AECP)recordó a las administraciones isleñas que el sector ha perdido casi la mitad de sus recursos humanos en estos últimos cuatro años (si incluimos hasta 2010).
En este sentido, se ha pasado de contabilizar unas 100.000 personas asalariadas en el espectro laboral del ladrillo a una elocuente cifra de 51.000. Además, se ha visto aumentado el desempleo sectorial en más de un 100% entre el año 2007 y el pasado ejercicio, lo que invita a que el posible empleo potencial se incline por otros sectores con mayores expectativas, debilitando aún más su estructura.
Con estos parámetros, la destrucción de tejido productivo ha sido sangrante: en el año 2008 las empresas de la construcción suponían más del 30 por ciento del total del mosaico productivo en Canarias. En la actualidad representan el 24 por ciento.
La propia presidenta de AECP, María de la Salud Gil, desglosó el resto de cifras y claves, resaltando además, que del reguero de empresas perdidas, un total de 3.800 se dedicaban a construir edificios y 1.600 eran empresas especializadas, «cuestión muy peligrosa,dado que esas actividades acabarán por demandarse del exterior y eso nos debilita como mercado». Por el contrario, han crecido sutilmente las empresas de ingeniería civil, contabilizándose 65 empresas más en este período.
Inversión y adjudicación
En definitiva, el sector «no puede esperar síntomas de recuperación basándose en los productos vivienda y obra pública», tal y como consideró Salud Gil.
A su juicio, las administraciones no sólo invertirán menos («sobre todo los Ayuntamientos»), sino que «evitarán los déficit de sus empresas públicas inyectándoles financiación a través de subvenciones a la contratación y designaciones directas de obras y servicios». Es decir, la poca competencia que quede en el panorama isleño tendrá que subsistir con la aún escasa oferta existente y, encima, luchando por ella a cara de perro.
En paralelo, la presidenta de AECP advierte de una pauta ya característica de estos tiempos: «Se deslizan las licitaciones, las adjudicaciones y los pagos derivándolos a semestres o ejercicio posteriores, con el fin de “pintar” una contabilidad pública que les permita el endeudamiento».
Mucho se ha hablado del dinero invertido en este tiempo, sobre todo a renglón del Plan E, «faraónico» para unos, ambiguo para otros. En cualquier caso, los constructores no han llegado a palpar el maná en esos 400 millones que terminaron por llegar a la Comunidad Autónoma. De hecho, la licitación oficial descendió en hasta un 32,54 por ciento, pasando de los 1.345 millones de 2007 a los 907 del pasado año.
Para más inri, en 2010 se adjudicaron obras por un valor que apenas supone el 17,8 por ciento del total contabilizado hace cuatro ejercicios. En conclusión, el sector pide nuevos cambios para capitalizar el supuesto tren de la recuperación, que sigue sin carburar. Por ello, Salud Gil aseguró que en los próximos días la patronal de la construcción presentará una serie de estrategias para revitalizar uno de los motores económicos de las Islas.
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