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Pasarela muy comercial

Vestidos para ser comprados en la jornada de domingo de la Pasarela Cibeles

de san bernardo

ana ureña

No sabemos si será una de las consecuencias de la crisis económica, pero a los diseñadores españoles les ha dado por sacar su espíritu más comercial y querer producir y vender las colecciones. No es ni mucho menos una crítica, sino una constatación. Las firmas que desfilaron el segundo día de la Cibeles Madrid Fashion Week, son más comerciales que nunca.

Olvidemos el show, estos son desfiles de muestrarios puros y duros. Estarán encantadas las mujeres kuwaitíes que asistieron a los desfiles de hoy con ánimo de comprarlo todo, porque podrán encargarlo directamente, previo paso por el «backstage» para ver los percheros.

Abre la jornada TCN, que además de baño, lleva ya varias temporadas haciendo ropa de calle. Hay pantalones, minivestidos, shorts, tops, punto etc. La mujer TCN es extremadamente coqueta , urbanita, y con un toque Lolita.

Sigue Sita Murt que inauguró este año tienda en París, en la zona más «cool» de la capital francesa: Le Marais. Mucho blanco y colores empolvados, mucho punto (su fuerte), ropa suelta, short, vestidos, todo fácil de llevar y sobre todo de combinar. La clave es que se puede incorporar a cualquier armario y adaptarse con facilidad a cualquier look. Sin duda, un plus a la hora de vender.

Le toca el turno a Adolfo Domínguez, uno de los diseñadores más lucrativos del panorama nacional. La referencia parece «Mad Men», la serie de televisión americana que transcurre en el Nueva York de los años 60 con January Jones y Elisabeth Moss. Para el día, vestidos verde militar con bolsillos laterales, tejidos que imitan al «denim» o lo que es lo mismo, la tela vaquera. Para la tarde nos ofrece vestidos de cóctel con ese punto que se lleva ahora de «robados a la abuela» y para la noche vestidos largos, que recuerdan la estética de las chicas de Estudio 54, elaborados en un material que simula mini lentejuelas. Para rematar, que no falten los complementos: bolsos «clutch» tamaño maxi, gafas «oversize» y cuñas de madera. También hay sitio para la ropa de hombre, que se presenta con un look náutico, construido principalmente por jerseys de punto y pantalones de lino. La pauta principal: la comodidad. Hasta hay chaquetas de algodón gris, perfectas para un estilismo «sport chic».

Victorio & Lucchino hacen lo que mejor saben hacer, vestidos y más vestidos, para bautizos, comuniones y bodas made in Sevilla. La gama de colores de las gasas que han usado para elaborarlos, va del rosa palo al salmón, pasando por verde pistacho y azul eléctrico. Es Pocahontas, con una opción de sandalia plana, plumas en el pelo y maquillaje exótico. Para los zapatos parecen haber desplumado todo un corral de aves, porque las sandalias llevaban plumas y más plumas, blancas (y cascabeles).

Lemonier lo tiene claro, su prioridad es que la ropa sea ponible y real, ya que todo lo que presenta en su desfile estará disponible en su tienda de la calle Argensola de Madrid tal y como se vio sobre la pasarela. Se ha inspirado en la mujer francesa de los años 70, sensual, que no sexy, con escotes pronunciados y una silueta lánguida. La palabra clave es «maxi», maxi abrigos, maxi túnicas, elaboradas en telas con mucho movimiento. Para Lemonier, cada mujer es un mundo, y cada una sabe cómo quiere llevar una prenda, y lo hará de forma diferente a otra. Él pone la ropa y su clienta pone el «allure».

Cada uno con su estrategia, la cuestión es no dejar de vender, porque hoy en día, el que no vende no sobrevive.

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