Cuando la muerte no estaba prevista en el guión
La pérdida de Cory Monteith en «Glee» es de lo peor que le puede ocurrir a una serie: quedarse sin un protagonista
PATRICIA BIOSCA
La trágica muerte de Cory Monteith , uno de los protagonistas de «Glee», ha conmocionado al mundo de la televisión. El actor, que falleció el pasado 12 de julio, fue encontrado en un hotel en Canadá. La muerte, por una combinación de drogas y alcohol, ... pilló por sorpresa a los guionistas, que estaban inmersos en la creación de la quinta temporada de la serie. Ryan Murphy, productor ejecutivo de «Glee», confirmaba que los dos primeros episodios de la nueva tanda ya estaban escritos, y que el tercero versaría sobre la muerte de Finn –personaje que protagonizaba Monteith– y que sería un tributo al actor. «Los guionistas nos vamos a tomar un largo paréntesis después de escribir ese episodio para volver a plantear la temporada» , adelantaba el productor en una entrevista a TV Line.
No es la primera vez que la muerte de un actor sorprende a los guionistas en medio de la grabación de una serie. James Gandolfini, recordado protagonista de «Los Soprano», tenía prevista este año su vuelta a la televisión con «Criminal Justice», adaptación de la serie británica del mismo nombre. La muerte de Gandolfini en junio truncó la grabación del piloto y aún no se sabe que ocurrirá con la ficción.
Otro de los casos recientes es el de Andy Withfield. A punto de comenzar a grabar la segunda temporada de «Spartacus: sangre y arena», el protagonista absoluto de la ficción fue diagnosticado de cáncer . Los responsables decidieron grabar una precuela con diferentes personajes mientras el actor se encontraba en tratamiento. Cuando todo parecía haber pasado y el rodaje de «Spartacus: Venganza» iba a comenzar, el actor anunció que su estado había empeorado. Los creadores decidieron entonces que Liam McIntyre relevase a Withfield en el papel de Spartacus. Meses después, el 11 de septiembre de 2011, el actor fallecía a causa de la enfermedad.
Irreemplazables
El recurso de poner a otro actor en el mismo papel no es el habitual. En opinión de Javier Olivares, creador de «Isabel» y guionista de su primera temporada, esta técnica resta credibilidad: «Cuando un personaje está relacionado con unos ojos, una boca, una nariz determinado, cambiarlo despista al espectador. Le quita verosimilitud, que es en lo que se basa la ficción». Alberto Macías, guionista de «Alatriste», cree que en todo caso hay que hacero de la forma más natural, pasando casi de «puntillas»: "En «Cuéntame» nos ocurrió con el personaje de Inés Alcántara. Irene Visedo se fue, pero en un momento necesitamos recuperarla, y ella tenía otros proyectos. Decidimos cambiarla por Pilar Punzano, pero sin hacer demasiadas justificaciones, «para no llamar la atención».
En la mayoría de los casos, la opción que se adopta es «matar» también al personaje. Es el caso de John Spencer, jefe de gabinete del presidente de EE.UU. en «El ala oeste de la Casa Blanca». En 2005, y tras más de 150 episodios, el actor fallecía de un ataque al corazón, al igual que su personaje, dos capítulos después . El caso de «Dallas» fue similar. En su primera etapa (1978-1991), fue diagnosticado de cáncer Jim Davis, el padre del malvado J.R. en la ficción. Pese a su enfermedad, el actor continuó trabajando e incluso llegó a utilizar pelucas para disimular las consecuencias de la quimioterapia. En la tercera temporada, Davis falleció y los guionistas decidieron el mismo fin para su personaje.
Años más tarde, y ya en la segunda etapa de «Dallas», Larry Hagman (J.R.) enfermó también de cáncer, al igual que su padre en la ficción. Los guionistas decidieron que el personaje muriese de un disparo, en un guiño a la primera etapa , en la que J.R. fue herido por un arma de fuego.
Otras veces es la ficción la que se adelanta. La veterana actriz Kathryn Joosten interpretaba a la anciana y cotilla Karen McCluskey en «Mujeres desesperadas», papel por el que ganó un Emmy. Los guionistas decidieron que su personaje falleciera, al igual que Joosten, que moría veinte días después .
España no se ha librado de este mal. «La que se avecina» ha tenido que enfrentarse a la muerte de dos de sus protagonistas más queridas: Emma Penella y Mariví Bilbao. Al comienzo de emitirse en Telecinco a principios de 2007, la salud de Penella se resintió, por lo que la productora decidió darle descanso. Los guionistas utilizaron el recurso de «enviarla de vacaciones al pueblo». El verano de ese mismo año, la actriz fallecía por complicaciones con las diabetes que padecía. Más recientemente, Mariví Bilbao anunciaba que dejaba la serie. «No estoy enferma ni me han echado. Es que no quiero más, me voy a casa», aseguraba el año pasado. Los guionistas, que no tenían prevista su marcha, no idearon ningún capítulo especial y optaron por hacerla desaparecer, sin más. En abril de este mismo año, la actriz fallecía a los 83 años de edad.
Las voces en el doblaje también son también una seña de identidad. Por eso cuando repentinamente falleció la voz española de Homer Simpson –Carlos Revilla– durante once temporadas, los seguidores notaron el cambio. Tras algún tiempo, la audiencia ha aceptado el buen trabajo de Carlos Ysbert.
Cuando la muerte no estaba prevista en el guión
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