Urkullu reitera su oferta de pacto a PSE y PP sin retirar su consulta soberanista

El lendakari ha reconocido el «desgaste político e institucional» que supone el no haber hallado apoyos del resto de grupos políticos en medio de una situación de «emergencia nacional» por la crisis que azota con especial intensidad en el País Vasco, pero sin renunciar a su plan soberanista, lo que evidencia el acuerdo con estas dos formaciones.

El guante, recogido en parte por socialistas y populares, no esconde la intención del PNV por lograr un «nuevo estatus jurídico-político» para Euskadi, cuyo «texto articulado» será negociado entre los grupos en una próxima ponencia parlamentaria. El texto resultante será sometido a consulta de la ciudadanía, según ha recalcado el líder nacionalista.

Urkullu ha desglosado en tres «compromisos» su programa de gobierno, que la oposición ha criticado por su «inconcreción» y su incapacidad para llegar a acuerdos finales, como se ha demostrado en la fallida negociación presupuestaria. Además de la respuesta a la crisis y el desempleo, el lendakari se fija como objetivo asentar la «paz y la convivencia» entre los vascos y lograr un nuevo estatus político que supere el actual sistema del autogobierno vasco recogido en el Estatuto de Guernica.

Ponencia parlamentaria

Muy escuetamente, como le ha recriminado la bancada de EH Bildu, Urkullu ha planteado la necesidad de “fortalecer” las relaciones del País Vasco con Navarra y el sur de Francia, formando la «Euskal Herria» de siete territorios a la que aspiran los nacionalistas. Asimismo, reitera su intención de constituir una ponencia parlamentaria que «tendrá como objetivo elaborar un texto articulado», que deberá ser aprobado por la Cámara, y posteriormente «sometido a referendo popular». En esta ocasión, el lendakari ha vuelto a evitar la fecha de 2015 como tope a la concreción de sus aspiraciones, como ha criticado Bildu.

«Creo que podemos encontrar una base sólida para el acuerdo» y «superar las desavenencias» , ha destacado Urkullu en su oferta a un acuerdo de estabilidad.

En su turno de réplica, el PP se ha mostrado abierto a negociar, aunque le ha exigido a Urkullu «liderazgo» para atajar los verdaderos problemas de los vascos –la crisis económica y el paro- y «dosis de realismo» frente a sus ensoñaciones soberanistas. «Estamos dispuestos a intentarlo», ha dicho su portavoz, Arantza Quiroga, a pesar de resaltar sus «diferencias» y asumiendo ya que «se dejarán pelos en la gatera».

«Abstracciones vacías»

Desde el PSE, el anterior lendakari Patxi López ha condicionado su apoyo al PNV si se habla «en serio de todo, y de todo a la vez», en alusión a una «revisión profunda» del entramado institucional vasco y una «reforma integral». Además ha pedido a Urkullu que no se pierda en «abstracciones vacías de contenido» y utilice los recursos que ofrece el actual autogobierno vasco para buscar una salida eficiente a la crisis.

Bildu lo ve insuficiente

Tanto UPyD como EHBildu se han sentido «excluidos» de la oferta de pacto tendida por Urkullu. La portavoz de la coalición radical, Laura Mintegi, ha considerado además insuficiente la hoja de ruta hacia la soberanía del PNV, al que ha recordado que sus propios votantes –según las encuestas- le piden que converja de una vez con la «izquierda abertzale». Mintegi ha pedido al Gobierno vasco que concrete su plan por la independencia de Euskadi –«preferiría escuchar Euskal Herria», le ha reprobado- y se ha quejado porque en el documento del programa de gobierno no aparece la fecha de 2015, como sí ocurría en el programa electoral del PNV. «¿Qué es esto? ¿Pintar la habitación de la casa o construir una nueva casa?», le ha espetado la portavoz de Bildu.