Tirar la toalla

Esta semana, una vez más, y no sé cuántas van ya, se publicó de nuevo el Informe Pisa. Algo de lo que todos volvemos a opinar año tras año. El resumen de sus conclusiones respecto a España, como también saben ya, es que el país anda por debajo de la media en comprensión lectora, competencia matemática y científica.

Al Ministro le preguntan si, a la vista de tales resultados, no tira la toalla. Y él responde que sólo lo hace al salir de la ducha. Y, en rigor, no le falta razón, pues no es uno quien tira la toalla, sino su entrenador, cuando ve que su pupilo, en lo pugilístico, no puede aguantar la paliza que el contrario le propinó.

Dice, además, el ministro, que los resultados no son consecuencia de sus reformas, sino del modelo educativo de su predecesor. Cronológicamente no le falta razón. Pero la cuestión no sólo es que la respuesta se dirija contra el antecesor en el cargo. El problema, creo yo, es que su sucesor dirá lo mismo de él. Porque todo el mundo se ha confabulado para la derogación de la ley que el actual acaba de promover.

Eso sí es para tirar la toalla. Pero no por los ministros, sino por los gobernados.

Juan Ignacio Sanz es director executive master en corporate finance de ESADE