polçítica
López desoye el clamor sobre su dimisión y Villarrubia sigue sin admitir culpas
El número 3 del PSOE se limita a poner su cargo a disposición del partido mientras que el secretario regional le pide que «responda de sus actos»
j.m.ayala/j.giles
Parece que la crisis de Ponferrada no se va a cobrar ninguna víctima en el PSOE. Si el secretario de Organización de la formación, Óscar López, hizo el gesto de poner su cargo a disposición del partido en lugar de presentar una dimisión irrevocable, el ... líder de los socialistas de Castilla y León, Julio Villarrubia, ni siquiera admitía cualquier tipo de responsabilidad sobre el caso que ha dejado en fuera de juego al partido.
Tanto antes como después de que López, también portavoz en las Cortes de Castilla y León, compareciera para volver a reconocer su «error» por la gestión de la moción de censura en Ponferrada, fueron muchas las voces que pidieron su marcha tanto de su cargo nacional como del que mantiene en la región. El clamor comenzó ya el pasado domingo con la petición expresa realizada desde la propia agrupación municipal del PSOE en León y continuó ayer con la misma exigencia por parte de los socialistas de Valencia de Don Juan (León) y «Nueva Izquierda» -también dentro del partido- de Ávila. Pero también líderes autonómicos como Tomás Gómez o José Antonio Griñán reclamaban sin éxito a Alfredo Pérez Rubalcaba que cesara a López. Otras voces «cercanas» al número 3 de Rubalcaba no fueron tan contundentes en sus palabras, pero sí insinuaron que su renuncia era la mejor opción. Así al menos lo expresó el alcalde de Soria, Carlos Martínez, reconocido «chaconista», y que, sin citarle en ningún momento y tras pedir «perdón a las mujeres de este país», se mostró «partidario» de que «se asuman responsabilidades para recuperar la confianza y credibilidad perdida» en lo que calificó como «el circo» vivido en los últimos días.
Pese a ser preguntado hasta en cuatro ocasiones por el asunto, el también responsable del partido en la provincia soriana se limitó a señalar que él no hubiera cerrado ningún acuerdo con Ismael Álvarez y que trasladará su «opinión» a los órganos internos del partido tanto provincial como autonómico y nacional «y se den las consecuencias que sean necesarias con luz y taquígrafos, aunque no voy a adelantar a exigir nada a nadie».
Mientras, desde la Junta de Castilla y León. Su portavoz, José Antonio De Santiago-Juárez, también aconsejó a López que «presente su dimisión» como procurador en las Cortes tras «haber sido el muñidor» de la moción de censura contra el antiguo alcalde de Ponferrada Carlos López Riesco. El también consejero de la Presidencia le culpó de «pergeñar, alentar e impulsar» hasta el punto de que «ha hecho que su grupo municipal se aliase con una persona condenada por acoso sexual». Un apoyo a la moción que «mantuvo durante la tarde del viernes, lo que demuestra que no fue un error». «Solo cambia cuando Rubalcaba decide que se dé marcha atrás y para arreglarlo miente, haciendo de felpudo del secretario general», aseguró.
El portavoz de la Junta explicó que el Gobierno autonómico ha querido mantener silencio durante el fin de semana «para que reflexionasen los protagonistas», pero que ante «el bochorno» vivido no le queda más remedio que pedir la dimisión de López «si le queda algo de dignidad política, de vergüenza democrática». Tras conocer esta afirmación, Óscar López respondió pidiendo que «dimita el presidente Herrera» al asegurar que en 2011 en Ponferrada «el PSOE pudo negociar y tajantemente dijimos no y el PP lo hizo y bien a gusto».
En todo caso, De Santiago también tiró de ironía ante la posibilidad de que López deje la Secretario de Organización del PSOE al afirmar que «casi mejor que continúe, porque es imposible hacerlo peor».
«Un fenómeno»
Según De Santiago-Juárez habría que «estudiar en manuales» la estrategia puesta en marcha por el «fenómeno» del portavoz socialista en las Cortes, ya que en la última semana «ha presentado un moción de la mano de un condenado por acoso sexual y lo ha hecho encima el Día Internacional de la Mujer, todo para ganar una alcaldía y al final acabar quedándote sin ella y sin grupo municipal». Por último, De Santiago-Juárez insistió en que no quería entrar en problemas de organización de los socialistas de Castilla y León, aunque aseguró que «ya no es un problema de bicefalia, sino bipolar», ya que en su opinión en el PSCyL «hay dos polos opuestos».
En la misma línea, el secretario general del PP en la Comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, afirmó en Salamanca que no basta con «entonar el mea culpa» y considera que debería «marcharse de la política de Castilla y León y dimitir».
Fernández Mañueco, que participó en un acto con militantes del partido junto con el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, opinó que los acontecimientos desencadenados a raíz de dicha moción, suponen uno de los «espectáculos más bochornosos» de la política regional y nacional.
A su juicio, este hecho pone de manifiesto una «bicefalia» en el seno del partido en Castilla y León, donde el secretario regional del mismo, Julio Villarrubia «teje», mientras que Óscar López «desteje».
Precisamente Villarrubia, por tercer día consecutivo, volvió a posicionarse sobre la polémica moción sin realizar ni una sola autocrítica. Pese a que ayer mismo el flamante alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, dijo sentirse «defraudado» con la actitud del palentino al recordarle que consideró «aceptable» la moción de censura, el responsable de la formación en la Comunidad «olvidó» ese comentario y volvió a señalar a López también sin nombrarle al afirmar que «cada uno donde está tiene las responsabilidades y responde de sus actos». «No me extraña que cuando hacemos mal las cosas alguien nos diga que estamos para hacerlas bien», señaló.
Respecto a las horas amargas que vive la bicefalia en la que está instalada el PSOE de Castilla y León, Villarrubia negó la mayor al considerar que «los errores» que se han producido en este caso no tiene que ver con ese reparto de poder. «Hay una ejecutiva autonómica y luego cada uno donde está tiene las responsabilidades y responde de sus actos», aseguró, también en clara referencia a López, para insistir en que no se trata de un problema de bicefalia sino «de las decisiones de cada uno acertadas o no». Tratarlo como un asunto de bicefalia, añadió, es a su juicio «frívolo».
López desoye el clamor sobre su dimisión y Villarrubia sigue sin admitir culpas
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete