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TERRORISMO

El anarquista que colocó la bomba en El Pilar vivía en Barcelona con una beca

La Policía española seguía sus pasos y el de su novia, también detenida, desde al menos un mes antes del atentado

El anarquista que colocó la bomba en El Pilar vivía en Barcelona con una beca la tercera

R. P.

El chileno Francisco Javier Solar Domínguez , uno de los cinco anarquistas detenidos en Barcelona por el atentado con bomba del pasado 2 de octubre en la Basílica del Pilar , vino a España hace apenas un año y vivía en Barcelona disfrutando de una beca . Según ha informado la edición digital del diario chileno El Mercurio , Solar se hizo con una beca para hacer un máster. Es licenciado en Antropología.

Se afincó en Barcelona junto a su novia, Mónica Andrea Caballero . Él tiene 34 años. Ella, 25. Ambos se hicieron novios durante el juicio que les sentó en el banquillo en Chile por el denominado «caso bombas» . Eran dos de los acusados a los que las autoridades de su país acusaban de una campaña de atentados con bomba ocurridos en los años precedentes. A Solar le responsabilizaban de haber colocado al menos tres artefactos, uno de ellos ante la sede de los servicios de inteligencia chilenos. A Caballero la acusaban de una bomba incendiaria contra la iglesia de Los Sacramentinos, en Santiago de Chile.

El controvertido juicio -usado en su momento por la oposición contra el Gobierno chileno- acabó con una sentencia absolutoria para esta pareja de anarquistas. Ahora, las autoridades chilenas y quienes se encargaron de las acusaciones durante el juicio no han dudado en criticar al tribunal que los juzgó y que los dejó en libertad en el verano de 2012. Poco después, ambos se trasladaron a vivir a España.

Su presencia no había pasado desapercibida para las fuerzas de seguridad españolas . Según ha revelado el jefe de la Interpol en Chile, Pedro Cuevas, la policía española pidió informes de Francisco Javier Solar y de Mónica Andrea Caballero, se interesó por sus antecedentes y les investigaba. En febrero había sido desactivado un artefacto explosivo en la madrileña catedral de La Almudena. Un sacerdote dio con él en un confesionario y los Tedax lo desactivaron.

Aquella acción fue reivindicada por el denominado «Comando Insurreccionalista Mateo Morral» , el mismo que se adjudicó la bomba que estalló el 2 de octubre en la zona del altar mayor de la Basílica del Pilar. Sus comunicados dejaban claro el perfil del grupo, su exacerbado radicalismo, el tono amenazante y la inspiración anarquista.

Cuando estalló la bomba en El Pilar -provocó importantes daños materiales, pero no víctimas porque casualmente se había cerrado al público esa parte del templo minutos antes-, la Policía puso el foco sobre estos dos individuos, de los que ya había pedido informes a la Interpol chilena un mes antes de este atentado, a primeros de septiembre . La colaboración ciudadana y el resto lo hizo la exhaustiva revisión de imágenes que permitió recomponer detalladamente sus pasos por Zaragoza. Permitieron identificarles, certificar que habían entrado en El Pilar ese día, que las horas cuadraban y que se habían apresurado en coger un autobús de vuelta a Barcelona, el mismo medio que utilizaron para llegar a Zaragoza, con la bomba ya preparada .

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