Macron y Merkel apuestan por el refuerzo del eje franco-alemán en la UE a 27
Los líderes europeos advierten a una debilitada Theresa May que no quieren perder demasiado tiempo con las negociaciones del Brexit
La discusión sobre el Brexit ha dejado de ser una novedad , los dirigentes europeos lo han interiorizado y prefieren hablar del futuro de la Unión Europea a 27. Y a pesar de algunos guiños sentimentales por parte del presidente del Consejo, el polaco Donald Tusk , en la cumbre que comenzó ayer se habló sobre todo del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron y de su sintonía con la canciller alemana Angela Merkel , como nuevo motor del avance del proyecto europeo.
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Al comienzo de la reunión lo más comentado fue una frase de Tusk evocando la posibilidad de que todo el proceso de salida del Reuno Unido fuera finalmente anulado. Frase que centró las discusiones iniciales. «Se escuchan muchas predicciones -dijo Tusk- por parte de diferentes personas sobre el resultado de las negociaciones del Brexit, duro, blando o sin acuerdo . Incluso algunos de mis amigos británicos me preguntan si el Brexit puede ser revertido y si puedo imaginar un resultado en el que el Reino Unido siga siendo parte de la UE. Yo les he dicho que la UE se construyó sobre sueños que parecían imposibles. Es decir, ¿quien sabe?» terminó Tusk antes de citar a la célebre canción Imagine» de John Lenon: «Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único».
Enigmática declaración
Los jefes de delegación iban respondiendo a su llegada a preguntas sobre esta enigmática declaración de Tusk y sus sueños de que el Reino Unido no se vaya de la UE, pero fue un espejismo que duró poco. El centro de atención de la reunión fue sin duda el nuevo presidente francés, que ha venido con un paquete de ideas muy concretas sobre lo que cree que hay que hacer en la UE y que, al menos en la parte económica y de profundización de la zona euro, ya ha encontrado el apoyo expreso de Merkel . «La cooperación franco-alemana ha ido muy bien y nos llevará a resultados muy positivos», afirmó la dirigente alemana en rueda de prensa. Según Merkel, Macron ha mostrado «creatividad , voluntad de hacer progresos rápidos» y aunque «puede haber diferencias en los detalles, queremos un calendario ambicioso con criterios muy específicos para los próximos meses y hay acuerdo en este aspecto con Francia».
Por su parte, Macron corroboró los avances en la cooperación con Berlín, que consideró esencial porque «cuando Alemania y Francia están en desacuerdo es difícil avanzar a nivel europeo». Los dos países han dejado su propia huella en las conclusiones de la cumbre, al patrocinar la petición a la Comisión de que busque mecanismos para que los países puedan invocar razones de seguridad nacional a la hora de impedir inversiones extranjeras por parte de países que no respetan las reglas comerciales europeas (pensando sobre todo en China), un gesto con el que pretenden exhibir el factor de protección que representa la UE.
«Mi doctrina es clara sobre la materia: soy favorable al libre comercio, porque es un elemento de crecimiento y vitalidad», dijo Macron. «Es uno de los elementos y factores de crecimiento. Pero no estoy a favor de la ingenuidad. Soy favorable al libre cambio pero con una reciprocidad justa y eficaz para la protección de nuestros intereses estratégicos y con instrumentos comerciales que permitan sancionar las prácticas de dumping».
La discusión sobre el Brexit propiamente dicho se produjo durante la cena, ya que el resto de la agenda fue resuelta sin retrasos ni complicaciones. La primera ministra británica, Theresa May, hubiera querido venir a este reunión con una mayoría reforzada pero en realidad lo ha hecho con mucha menos fuerza política de la que tenía antes de las elecciones. Y lo cierto es que la primera ronda de negociaciones del pasado lunes se celebró solamente para no dar una imagen de catástrofe por parte británica. Así que ayer le tocó a May explicar a sus colegas de los Veintisiete cuales son ahora sus planes y sus posibilidades de seguir siendo la primera ministra, teniendo en cuenta la situación política en su partido.
Y hecho esto, como ha sucedido en las últimas cumbres, salió de la sala y dejó a los demás discutiendo sobre ese futuro en el que el Reino Unido ya no será parte de la Unión Europea. El documento de conclusiones de esta cumbre es ya muy revelador en este sentido, con menciones concretas a cosas que el Reino Unido habría vetado sin dudar, como las referencias a las estructuras permanentes de una defensa europea común
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